Son las ocho de la mañana. El sol se coló por nuestra ventana obligándonos a despertar y enfrentar la cruda realidad, en la que no somos una simple pareja. No todos los novios huyen de un imperio de asesinos. Con pesar y soltando refunfuños separamos nuestros cuerpos, pues dormimos abrazados toda la noche. Su calor corporal impactando en mi piel fue todo un placer para mis sueños.
Démian y yo vamos en camino hacia nuestras respectivas habitaciones. Nos espera una larga charla a ambos. Tal vez sea la conversación más importante que vayamos a desarrollar en nuestras vidas. Un encuentro de palabras que pueden cambiar el rumbo de nuestro destino, tanto positiva como negativamente. Por mi parte debo explicarle a mamá que él vendrá con nosotras. Sí, su hija es la novia de un asesino. Le costara años aceptarlo pero espero que, al menos por costumbre, lo termine apreciando. Él tiene que decirle a Luna que regresará a casa con sus padres. Sí, dejar a la que decía ser el amor de su vida para marcharse conmigo.
—Tengo una pregunta —dije con los ánimos por las nubes. Nuestras manos están entrelazadas y nosotros más unidos que nunca.
—¿Solo una? —cuestionó con sarcasmo alzando una de sus cejas a la vez que una sonrisa se forma en su pálido rostro.
—Tal vez dos o tres —evité mirarlo para no reír, aunque fracasé en ese mísero intento —Cuando me colé en las ruinas y me atraparon Jazmín dijo: En esa particular ocasión lo hiciste porque nadie más la habría ayudado. ¿A qué hacían referencia?
Démian hizo una mueca de enfado presionando sus labios y hundiendo el entrecejo, como si recodar ese suceso le afectara de maneras negativas.
—Fue una chica con la que me acosté -—inevitablemente mi felicidad se convirtió en un huracán de celos adentrándose a los territorios de mi cuerpo —. No pongas esa cara, no creí volver a verte —a él le hizo gracia mi expresión. Tomó mi mentón para dejarme un pequeño beso pero moví mi cara antes de que este llegara a mis labios.
—Solo responde —hablé dura para ocultar lo blandos y frágiles que son mis sentimientos hacia él.
Sí, me duele que haya estado con tantas chicas.
¿No podía gestionar su enfado de otra forma?
Soltó una carcajada no tan alta antes de retomar la conversación:
—En realidad fue una más, no era una chica importante, pero Luna nos estuvo vigilando en nuestra cita y a ella sí le pareció significativa. Pasaron dos días desde que estuve con la chica. Cuando volví a mi casa después de la Universidad Luna estaba sentada en el sofá con sangre en su ropa. Me confesó que la había acuchillado. Entré en pánico porque hacía mucho tiempo que no tenía sus comportamientos retorcidos y sacarlos a la luz para asesinar fue demasiado. Tuve que ir a casa de la chica y pedirle ayuda a Dead End para llevarla al hospital y mantener discreción, es decir, que la policía no interviniera. Solo Klen sabía de Luna así que tuve que inventarles un par de mentiras —finalizó la respuesta justo cuando llegamos a los primeros escalones.
—¿Por qué Klen era el único que lo sabía?
Démian elevó los hombros con desinterés:
—Christian sospechaba que tenía comportamientos raros y envió a Klen para espiarme, pero al ver que era lo que tenía escondido se montó tal novela romántica que lo mantuvo en secreto.
Lo medité por un instante para pasar a la siguiente interrogante:
—¿Por qué seguiste con Luna después de eso?
—Ya son tres preguntas. Si quieres que conteste me debes un beso —elevó sus comisuras dejando apreciar por completo sus dientes perfectamente alineados en una sonrisa tan macabra como provocadora.
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Démian Gray
RomanceY sí. Sabía que era una pésima idea... Démian Gray es todo lo malo que representa la sociedad. Su personalidad es ese callejón oscuro al que nadie querría acercarse al anochecer. Su físico es una luz que encandila hasta lo más profundo de tus pupila...