Capítulo 21: No habrá heridos, decía

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Al pasar el umbral mi nariz se topó con el olor a tinte y spray para cabello que reside en este lugar. Mi mente rememoró mi primera vez aquí ocasionando una mueca involuntaria en mi rostro.

—¿Michel? —divisé a Mallory apartando las cortinas de los enormes ventanales de cristal.

—Hola —saludé tímidamente.

Es duro pedirle un favor a una persona a la que le he demostrado mi desagrado desde el primer día.

—Veo que madrugaste —se burló. A este punto tiene conocimiento sobre mi vaga personalidad.

—¿Vengo en un mal momento? —mis manos "planchan" mi ropa al no saber que hacer con ellas. Siento un mariposeo en el estómago que ocasiona efectos secundarios en mi cuerpo, como sudoraciones en áreas incómodas.

—Para nada. Estoy apunto de abrir el salón. Estaba organizando —se acercó. Al estar a unos pocos metros de mí se apoyó en su silla. Me observó de una manera indecifrable sin borrar su sonrisa de boca cerrada —No recuerdo que Démian me haya dicho que vendrías —expresó con genuina confusión.

La mención de su nombre hizo que las estúpidas mariposas revolotearan más de prisa.

¿¡Por qué estoy tan nerviosa!?

Busqué las palabras adecuadas antes de abrir los labios:

—En realidad vine por mi cuenta —inició mi habitual guerra de dedos.

—Oh, ya entiendo —sus facciones se aligeraron — Necesitas un maquillaje para la fiesta de hoy —mi cara quedó como un poema pero fui olímpicamente ignorada—. Briana y Jazmín vienen a las 4 ¡Qué bien que viniste antes! Justo en media hora llega una cliente y el resto del día lo tengo ocupado —parecía ligeramente agobiada. En menos de lo que tarda un chasquido comenzó a buscar entre sus gavetas productos de maquillaje que de mala gana ya conozco.

—¿Fiesta? —hablé en voz alta lo que mi mente estaba digiriendo.

Ella se detuvo observándome como si tuviera cuatro cabezas o un cartel diciendo que Michael Jackson es mi hermano.

Okey...Omitamos lo último.

—S-sí, irán a Compton a festejar la muerte de la víctima principal de los...¿Sahuesos? Creo que se llaman —explicó dejando el montón de brochas que tenía sujetas en su mesita de maquillaje.

Barrí el suelo con mis pupilas sintiendo como desaparecen los insectos que alberga mi estómago.

—Démian no me dijo nada —comenté para mí misma arrugando el entrecejo en total disgusto.

Mallory se acercó a tocar mi hombro a manera de consuelo:

—Sé que esto empeorará las cosas pero...—buscó las palabras correctas para que no sonara tan brusco lo que diría —No quiere que vayas.

Retiro lo dicho. Eso solo lastimó más mi reciente herida.

—No es que me sorprenda mucho, la verdad —negué levemente en tanto mi cabeza va al recuerdo de esta mañana.

Cualquier buen trato que haya existido entre Démian y yo hoy se resquebrajó en reducidos trocitos.

—Lo que quiero decir es que creo que irá con Jazmín —soltó sin tapujos golpeando mi lado desprevenido.

Esta vez fue mi turno de mirarla como si tuviera un tercer ojo en la frente:

—¿Q-Qué? —mi voz salió con pausas imprevistas. Un calor en mi abdomen se produjo al escuchar el nombre de la rubia. Es una mezcla de enojo y tristeza. Una combinación intangible que no debería existir.

Démian GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora