VIII

38 8 15
                                    

***
El verano había entrado hace un par de días, el ruido de los grillos y el titilar de las luciérnagas detrás de su ventana era señal de eso. Sin embargo, él estaba demasiado ocupado empacando como para poder ir y disfrutar del hermoso paisaje.

-- Entonces, ¿no vienes? -- Preguntó Grell recargado del umbral de su puerta.

-- No, mañana tenemos que estar en la estación a primera hora y tomar nuestros respectivos trenes.

-- ¡Pero es nuestra última noche en Inglaterra, Will! -- Replicó con un ligero tono infantil en su voz -- Por favor, solo un par de horas, te juro que a la medianoche estaremos de vuelta.

--... Esta bien, pero exactamente a la media noche ya debemos de estar en nuestras habitaciones -- Contestó con un ligero suspiro.

La mirada de Grell se iluminó ante su respuesta y, sin esperar ni un minuto más, lo tomó de la muñeca para salir corriendo de la casa-hogar. William no hizo ni el intento por pelear, solo resignó a dejar que Grell lo guiara por el resto de la noche.

¿Por qué había aceptado ir con él una noche antes de irse? Ni él lo sabía, ni siquiera podía explicar porque desde su iniciación Grell estaba más apegado a él. Cada que lo veía le hacía plática, iba tras de él, incluso se ofrecía a ir con él a cada misión que tenía, es decir, antes también lo buscaba pero para buscar pelea o para presumir. Pero aparentemente eso ya había cambiado.

-- ¿A dónde se supone estamos llendo? -- Preguntó ya algo molesto de seguir a Grell.

-- ¿Cómo que a dónde? Al West End, claro, ¿En qué otro lugar podríamos divertirnos?

William iba a refutar contra esa idea, ellos no eran gente del West End, obviamente no iban a pasar desapercibidos a esas alturas de la noche. Sin embargo, justo antes de que pudiera decir algo Grell se soltó a correr como niño pequeño directo al camino, él no podía dejarlo, así que no tuvo de otra más que seguirlo.

Intentar que Grell mantuviera un bajo perfil fue una misión difícil, incluso peor que cazar un demonio. Solo entrando a un pequeño bar para tomar una copa pudo mantenerlo quieto por un par de horas. Él no era muy fan del vino pero para no parecer grosero, decidió acompañar a Grell tomando un par de copas también.

En cierto grado era divertido que la convivencia más pacífica que habían tenido en años fuera a ser la última, se sentía diferente, extraño ante todas las atenciones de Grell que se comportaba tan libre, tan extrovertido... Tan diferente a él.

Esa forma de ser era tan irritante y tan única al mismo tiempo...

-- ¡Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña~!

-- Shhh, guarda silencio. Llamaremos más la atención si sigues cantando -- Bufó William mientras intentaba que Grell caminara derecho.

-- Hmm, que aguafiestas eres~

William ya no dijo nada a partir de ahí, solo se limitó a seguir siendo el apoyo de su compañero para que pudiera seguir caminando. Cuando llegaron ya era media noche, sin embargo, las puertas de la casa-hogar estaban cerradas.

-- Honestamente -- Suspiró William mientras ponía Grell bajo un árbol -- Espérame aquí.

A como pudo, William se trepó a un árbol cercano a la ventana del cuarto de Grell y después de estar unos minutos colgado del marco de la ventana pudo abrirla.

El Secreto ~Grelliam AU~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora