Ya habían pasado 3 días desde aquel incidente en el bosque, no había sido nada grave por suerte, solo un desmayo causado por la falta de sueño y los niveles de estrés tan altos por los que había estado pasando. Era algo bastante común en médicos y enfermeras, sin embargo, su situación causó alarma entre las personas del hogar y desde entonces le habían estado todo tipo de cuidados, tantos que incluso eran algo molestos.
-- He dejado su merienda en su escritorio, doctor Humphries.
-- No tenías que hacerlo, gracias, en cuanto terminé de vendar esto, comeré.
-- Yo terminaré con esto -- Dijo ella quitándole las gasas de las manos y sonriendo con amabilidad después -- Debe de comer bien doctor, recuerde que sigo delicado de salud.
-- Ten cuidado con eso -- Contestó Alan con algo de alarma antes de suspirar -- Ya estoy mejor, solo me desmaye un par de horas...
-- ¡Pero pudo haber sido peligroso! -- El quejido del enfermo hizo que la señorita recordara su tarea inicial -- Si no hubiera sido por el señor Slingby quién sabe que hubiera pasado, no podemos arriesgarnos a perderlo doctor...
-- Bueno, bueno, iré a merendar si eso les tranquiliza -- Suspiró -- Pero ten mucha cuidado, asegúrate de que la gasa este bien sujeta.
-- Si doctor.
La chica le sonríe y él le sonríe por un momento antes de darse la vuelta y volver a su expresión de cansancio de siempre. No quería ser grosero con ella ni con ninguna de las mujeres de la casa, pero ya llevaban 3 días cuidándolo como si estuviera hecho de cristal o como un niño pequeño, ni siquiera su familia había puesto tanto empeño en sus cuidados cuando vivía con ellos.
Apenas entra a su "oficina" y ya sabe que es la merienda de hoy: Pay de manzana con un poco de té negro acompañando, una ligera sonrisa se dibujó su rostro al ver el plato sobre su mesa. Pese a todo, era lindo ver como las alemanas intentaron recrear una de las famosas "horas del té" de su natal Inglaterra.
-- Amargo -- Dice entre dientes riendo con nerviosismo -- Bueno, para ser la primera vez no estuvo mal...
Dando pequeños bocados de su pay para soportar la amargura del té, Alan empezó con su "trabajo administrativo", ya casi iba a terminar la semana y por lo tanto se debían empezar a inventariar todas los suministros que tuvieran.
Se tomó 30 minutos en acabarse su comida y como una hora solo archivando documentos. Bien hubiera podido pasarse toda la noche ahí, pero la voz de la enfermera de hace un rato lo volvió a interrumpir.
-- ¿Doctor Humphries?
-- ¿Sí?
-- El señor Slingby esta en la puerta, dice que ha venido a verlo...
-- Oh sí, dile que en un momento salgo -- Contestó con una ligera sonrisa mientras empezaba a guardar sus cosas de oficina.
Después de lo que sucedió en el bosque, Alan decidió darle una segunda oportunidad al curioso rubio-pelinegro, además, le habían recomendado salir a hacer más ejercicio para evitar otro colapso y que mejor que alguien que ha vivido casi toda su vida en ese lugar para guiarlo.
-- ¡Alan!
Apenas sale el castaño de la casa, Eric va hacía él y le da un breve abrazo a forma de saludo. Alan a duras penas corresponde y lo retira con una risa nerviosa, risa que también comparte el rubio.
-- Sigues sin acostumbrarte, ¿Verdad?
-- Sí -- Contesta todavía riendo -- Como te dije, esto no es algo que hagamos mucho en mi país...
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El Secreto ~Grelliam AU~
Fanfiction~Grelliam AU~ William T Spears tiene dos grandes secretos que ocultar. El primero estaba fuera de la compresión humana y el segundo estaba fuera de su propia comprensión. ¿Qué será aquello que atormenta al pobre pelinegro y que no le permite quedar...