La vida es caprichosa, de eso no le cabía duda alguna. Era impredecible y a veces disfrutaba de jugarle bromas crueles a todos aquellos que estuvieran bajo su dominio.
La mejor prueba de ello la encontraba en los de su especie: Los protectores del bosque, los que fueron elegidos por la deidad de la Luna en tiempos antiguos para cuidar a la humanidad ahora eran perseguidos, cazados como simples bestias que no merecen ni un ápice de dignidad o de compasión. Todo aquel que pertenezca a su línea de sangre o que hable el idioma de los licántropos sería apresado y torturado hasta morir.
No importaba si se trataba incluso de una pequeña niña...
-- ¡Necesito hablar con ella! ¡Son órdenes de Eric! -- Dijo Ronald intentando sobreponerse a las dos mujeres que cuidaban la entrada al dormitorio de su señora.
-- ¡Lady Sullivan ya esta dormida! -- Contestó una de ella ya molesta por la situación -- ¡Han sido días demasiado pesados para ella!
-- ¡Además ella todavía no se recupera totalmente! -- Dijo la otra antes de empujar fuertemente al rubio -- El que hayas podido verla en la mañana fue mucha suerte. Ahora ella necesita descansar...
-- ¡Pero...
-- ¡Baja la voz! -- Gritó en un susurro la mujer mayor -- Como dijimos, ella esta dormida. Así que si no tienes otra cosa que decir, vete.
-- Por favor Gilde, María, déjenme verla aunque sea unos minutos...
-- Lo sentimos mucho, Knox san -- Contestó la joven mientras volvía a empujarlo levemente -- Pero lo mejor ahora será que se vaya..
Ronald iba a refutar algo, pero a juzgar por las expresiones de ambas mujeres sabía que iba a ser inútil tratar de convencerlas y pelear con ella tampoco era opción. Con un ligero suspiro de resignación, el joven hizo una reverencia y se alejó en silencio de ahí.
Al salir y darse la vuelta, no pudo evitar sentir algo de pena por ver la humilde cabaña en la que Lady Sullivan había tenido que refugiarse. Incluso sentía un cierto grado de culpa, después de todo, él debía haberla acompañado al bosque junto con Wolfram...
Pero él no se presentó.
-- ¿Quiere que lo acompañemos? -- Preguntaron los dos guardias en la entrada de la cabaña.
-- No gracias, mejor sigan aquí. Soy más rápido solo.
Los dos guardias hicieron una leve reverencia y después volvieron a su posición inicial. Eso solo incómodo todavía más a Ronald, en su manada no se hacen reverencias a nadie, solo se hacían ante los líderes espirituales y aquellos que por sus venas tuvieran sangre "real", es decir, los destinados a dirigir la manada, era una señal de respeto, respeto que no sentía que lo mereciera a pesar de su linaje.
Evitando pensar en eso, Ronald decidió emprender el camino de regreso a casa. Aprovechando la fuerza de la luna llena, se transformó en un lobo de pelaje amarillo brillante y empezó a correr a través del bosque lo más rápido que pudo.
Le había prometido a Eric una respuesta de Lady Sullivan y la tenía, aunque no era la que él esperaba. Iba a ser difícil explicarle que no la había logrado convencer de atacar de raíz el refugio de los exorcistas, mucho menos de que él pudiera abdicar su puesto como nuevo líder de la manada ya que, en palabras de la niña, era lo que Wolfram hubiera querido.
Su cabeza pensaba en las palabras de la noble, hacía expectativas sobre la reacción de Eric, todo era un perfecto desastre en su interior. Pero aún con todas esas distracciones, no pudo pasar por alto el sonido de lo que parecía ser un grito a la distancia, no es como si nunca hubiera escuchado uno pero este le daba la impresión de que estaba en movimiento, casi como si estuviera cayendo o algo similar.
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El Secreto ~Grelliam AU~
Fiksi Penggemar~Grelliam AU~ William T Spears tiene dos grandes secretos que ocultar. El primero estaba fuera de la compresión humana y el segundo estaba fuera de su propia comprensión. ¿Qué será aquello que atormenta al pobre pelinegro y que no le permite quedar...