Era una noche particularmente cálida de verano, incluso las leves ráfagas de viento que rozaban su piel se sentían tibias. No era el aire fresco que necesitaba pero al menos ya no olía tanto a humano como durante el día.
Unos pequeños pasos se escuchan debajo de él a la distancia, suspira, solo es cuestión de segundos para que la pequeña ventana de la azotea se abra para dar paso a una pelirroja en camisón de dormir.
-- ¿Qué haces aquí? Sabes que es peligroso que subas a la azotea -- Regaña William mientras la toma de la mano para evitar que resbale por las tejas.
-- Ay cariño, no es la cosa más peligrosa en la que me he subido últimamente~ -- La frase y su guiño coqueto le cuesta a ella el agarre de William, lo que por un momento la hace trastrabillar -- Maleducado...
El pelinegro rueda sus ojos y vuelve a subir su mirada hacia el cielo nocturno, solo baja la vista al sentir como Grell ha enroscado su brazo alrededor del suyo y recargado su cabeza en su hombro.
-- Es una noche bastante linda -- Dice ella también levantando sus ojos al cielo estrellado que había sobre sus cabezas -- Se parece a las que había cuando estábamos en la casa - hogar.
-- Sí... -- William suspira, todavía le parece irreal haber llegado tan lejos en tan poco tiempo y más aún haberse salido con la suya tan fácil -- Solías salirte de todos los eventos antes de tiempo.
-- Tenías que comprenderme, me aburría demasiado -- Grell ríe un poco antes de suspirar con nostalgia -- Y tú siempre me seguías, parece que desde entonces ya me querías~
-- Te seguía para asegurarme que no hicieras ningún desastre. Es todo.
-- Ajá... Y ahora eres tú el que huye de todos los eventos.
-- Y tú no dejas de seguirme, ni siquiera en la azotea -- Murmura William con un tono que vaga entre la resignación y la molestia. Sin embargo, Grell toma a risa esa frase.
-- Por supuesto que te sigo, no te vas a deshacer de mí tan fácilmente cariño~ -- Dijo ella tomando del mentón al vampiro para que la viera a los ojos -- Jamás te dejaré William, entiende.
Y sin pedir permiso, se puso de puntillas para robar de los labios del pelinegro un beso apasionado, de esos que ella disfrutaba robarle por mero capricho y que al final era una forma más de demostrarle su amor. El pasos sus brazos por la fina cintura de la pelirroja, evitando así que se pudiera caer y al mismo tiempo profundizando más el beso...
Si tan solo todo se hubiera quedado así...
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Ya no sabía que era más extraño: El hecho de haber soñado con un recuerdo de su pasado, o el hecho de haber despertado vivo en un lugar completamente distinto al que se había desmayado. Intentó reincorporarse sobre el colchón, sin embargo, apenas despegó su cabeza de la almohada un fuerte mareo le invadió.-- No, no, no puedes levantarte aún -- Fue lo que dijo Alan mientras ejercía un poco de presión sobre su pecho para que volviera a acostarse.
-- ¿Dónde estamos? -- Preguntó con debilidad.
-- En una casa de alquiler a las afueras de Londres. Descuida, nadie nos encontrará aquí -- Después de decir eso, el castaño le puso sus gafas muy cuidadosamente -- ¿Mejor?
William asintió, ahora podía ver donde estaba: Era una casa rústica de madera, similar a la casa - hogar de Londres, solo que esta era pequeña, además de ser bastante antigua o al menos eso era lo que él podía juzgar debido al desgastado papel tapiz y las pequeñas motas de humedad en el techo.
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El Secreto ~Grelliam AU~
Fanfiction~Grelliam AU~ William T Spears tiene dos grandes secretos que ocultar. El primero estaba fuera de la compresión humana y el segundo estaba fuera de su propia comprensión. ¿Qué será aquello que atormenta al pobre pelinegro y que no le permite quedar...