XXXI

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-- ¡Rápido Alan!

El pequeño castaño corría lo más rápido que sus piernas le permitían en un intento desesperado por alcanzar a su compañero. Sin embargo, debido a la nieve y a lo frío del viento la misión se le hacía cada vez más difícil o al menos así fue hasta que, sin previo aviso, el pelirrojo se detuvo en seco enfrente de un gran pino cubierto de escarcha.

-- ¡Este es perfecto! -- Declaró el preadolescente -- ¿Dónde están Sebas chan y el niño de la alcantarilla? Pensé que venían detrás de nosotros

-- Y lo están -- Dijo el pequeño todavía cansado por la carrera -- No han de tardar en llegar...

Fue lo último que dijo el niño antes de dejarse caer en el suelo sumamente cansado. Grell rió y tomando un poco de nieve del suelo empezó a hacer una pequeña esfera.

-- Tienes que aprender a ser más fuerte Alan, no podrás ser un buen cazador así.

El chico apenas iba a responder cuando la frialdad de la bola de nieve en su cara lo hizo levantarse como resorte.

-- ¡Vamos Alan levantate! ¡Atrapame! -- Retó el pelirrojo antes de empezar a esconderse detrás de los árboles.

Y con todo y cansancio, Alan empezó a jugar con Grell a las guerras de nieve. Convirtiendo ese momento en uno de los pocos en que se pudo comportar como un niño normal...
*****
-- Alan...

La voz de Eric lo trae de vuelta a la realidad: Una donde él esta admirando el vacío donde el cuerpo de Sascha fue depositado hace meses después de semanas de insufrible agonía. En otras circunstancias, hubiera hecho lo posible por ayudarlo a morir en paz pero estando en manos de los lobos su tormento se extendió más de lo planeado, ni siquiera lo habían dejado tener un entierro digno, su lugar de descanso era una ladera donde su cuerpo fue arrojado al fallecer.

-- Debemos irnos, esta empezando a hacer demasiado frío para ti -- Dijo Eric mientras le ponía su abrigo en los hombros.

--... Tienes razón -- Contestó el doctor abrazando su propio cuerpo -- Ya vámonos.

Nuevamente el invierno había llegado, las temperaturas en la tierra de Rumania al anochecer eran demasiado frías para un humano común, así que transformandose rápidamente en lobo Eric llevó de regreso a Alan al refugio. Ahí estaba la tribu reunida en un extraño ambiente de paz, algo que antes era tan raro por fin se había normalizado después de que William abandonara el lugar.

Todo parecía ser un raro sueño: El vampiro, los cazadores, la Orden, todo era para los licántropos una lejana pesadilla que había muerto desde que huyeron de Alemania. Sin embargo, el doctor todavía se sentía demasiado inquieto con toda la "paz" que había en la manada, eso se sentía como algo demasiado irreal, algo que no duraría para siempre y que no pertenecía a su mundo.

Y es que muy en el fondo él sabía que no pertenecía a ese mundo. La mayoría de las personas de la tribu habían sido criadas en la naturaleza, sus coartadas en las aldeas no pasan de ser leñadores, comerciantes o cazadores, él a pesar de todo había sido criado como alguien de la nobleza y ellos lo sentían al igual que la fragilidad (Y casi inutilidad) de sus habilidades físicas que eran nada a comparación de las de ellos.

-- Bien, ¿Qué es lo que pasa?

-- ¿Hm?

-- Has estado demasiado callado hoy, más de lo normal y eso significa que estás pensando en algo -- Dijo Eric mientras se quitaba los zapatos sentado sobre la cama.

-- Eso no es cierto  -- Suspiró -- Solo pensaba en Sascha, ya sabes...

-- Por favor, ya deja de pensar en él -- Contestó con algo de molestia el rubio antes de acercarse a su compañero y abrazarlo suavemente por la espalda -- Él no es alguien que merezca ser digno de recordar

El Secreto ~Grelliam AU~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora