XXVI

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-- ¡...!

Grell no pudo evitar quejarse por lo bajo al sentir como su cuerpo era recargado sin nada de delicadeza contra un árbol. Sin embargo, ni el ligero dolor de su espalda hizo que su agarre en los hombros de William disminuyera su fuerza.

La negación del pelinegro al igual que su cordura se estaba viendo superada por la esencia de la pelirroja que, a pesar de que no poseía el mismo frescor que antes seguía siendo igual de intoxicante para sus sentidos.

-- Oye tranquilo, recuerda que soy una dama~ -- Murmuró con tono burlón cuando sintió a William acariciar su cuello con sus labios.

-- ¿Una dama? -- Gruño William mientras una de sus garras empezaba a desgarrar poco a poco el vestido de la pelirroja de la parte de atrás -- ¿Así que después de años de coqueteos y burlas eres una dama?

Fue lo último que dijo antes de que despedazara la tela, dejando a Grell completamente expuesta a excepción de la parte de abajo que ahora le quedaba como una falda. Esa acción tan brusca de William hizo que Grell comprendiera bien lo que iba a suceder.

-- Espera William ¡Ah~! -- Gimió involuntariamente al sentir una pequeña succión justo arriba de su clavícula.

En ese momento no había nada más en la cabeza del vampiro que Grell y el instinto de devorarla en todos los sentidos posibles, sin embargo, el poco sentido humano que le quedaba lo frenaba de encajar sus colmillos sobre su carne, así que, prefirió degustar esa blanca de una forma diferente, lamiendo y chupando cada centímetro desde su cuello hasta sus pezones en los cuáles puso más ahínco al notar las expresiones de la pelirroja.

Grell no lo podía creer aún, de vez en cuando cerraba los ojos y volvía abrirlos para ver si no se trataba de algún tipo de sueño erótico, pero no lo era, en verdad se trataba de William quién le estaba haciendo ver el cielo con esos chupetones y esos toscos mordiscos porque, debía admitirlo, el dolor y el exhibicionismo de sus actos le estaban excitando de más, tanto que incluso podía sentir cierta parte de su cuerpo alegrarse por los toques.

La pelirroja gimió en voz alta cuando la mano de William se coló a su "falda",  debajo de ese pedazo de tela su entrepierna yacía ya despierta y sensible ante los dedos del pelinegro que estaban acariciando su punta con una lentitud desesperante. El pelinegro gruñó una vez más y, sin previo aviso, le terminó por arrancar ese pedazo de tela ahora sí para tenerla completamente en paños menores.

-- ¡Will~! -- Gritó la pelirroja escandalizada.

-- Silencio -- Ordenó Will mientras se empezaba a desabrochar el pantalón -- Alguien podría vernos.

Un escalofrío recorrió la columna de Grell entonces, escuchar la voz de William ordenandole en ese tono frío había sido aún mejor que todas esas caricias, o al menos eso creyó hasta que sintió algo tibio recargarse contra su entrepierna.

Entonces empezó la fricción, Grell gimió entrecortadamente al sentir como su entrepierna se frotaba contra el muy despierto miembro de William. Apenas lo estaba procesando cuando el pelinegro la tomó por la cintura y aprovechando que estaba recargada del árbol la cargó, a manera de que las hermosas piernas de la pelirroja estaban alrededor de la cintura del vampiro mientras este se frotaba contra ella.

La humedad, el calor y la agitación se estaba volviendo demasiado para los dos, tanto que Grell sentía que en cualquier momento se iba a venir si seguían así. Sin embargo, William no iba a permitir que eso sucediera.

-- ¿Q-Qué haces? -- Preguntó Grell con la voz agitada al ver que William estaba empezando la única prenda que cubría su parte privada.

-- ¿Tú que crees?

El Secreto ~Grelliam AU~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora