Capítulo 26

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Me desperté con un dolor de barriga súper fuerte. Todos seguían durmiendo así que decidí levantarme para ir a buscar una pastilla. Pero cuando me levanté de la cama...

Mierda.

Me había bajado y las sábanas del hotel estaban llenas de sangre.

Me apresuré a quitar las sábanas para llevarlas a lavar y cambiarlas por otras. Obviamente antes de salir con las sábanas me cambié.

Cuando volví a la habitación me encontré con Camila, que se había levantado para ir al baño.

—¿Dónde has ido? ¿Y por qué tu cama no tiene sábanas?

No tenía sentido mentirle.

—Las he manchado de sangre. He ido a por unas limpias.

—Te ayudo a ponerlas y seguimos durmiendo, son las seis de la mañana.

Efectivamente me ayudó, me dio una pastilla y volvimos a dormir.

Cuando estaba en mis días, me volvía extremadamente insoportable, llorona, caprichosa, borde, y dormía el triple... Pronto hará efecto.

Cuando abrí los ojos para ver la hora, eran las tres de la tarde. Pensaba que estaría sola en la habitación, pero Jaden estaba con su teléfono tirado en la cama de Jayla. Me vio despertarme y sonrió.

—¡Buenos días bella durmiente!

—¿Qué haces aquí? —Ya estaba empezando a afectar lo de ser borde.

—Esperar a que te despiertes para que no comas sola.

En otro momento, me hubiera muerto de ternura, pero no en este.

—No me molesta comer sola.

—Sí, claro. Después lloras porque nadie te ha esperado.

—¡Eso no es verdad!

—Me encantaría llevarte la contraria y quedarnos aquí un ratito más pero me muero de hambre.

—Pues ve a comer.

—Vamos a ir los dos.

—Que pesado eres.

—¿Tienes la regla?

Eso me dejó sorprendida.

—No —miento.

—Estás mintiendo.

—¿Y tú qué sabes?

—Te conozco.

—No me conoces.

—No, para nada —ironiza.

—Paso de ti, tengo hambre.

Me levanté para salir y el me siguió. Después de comer algunos salieron a la piscina y otros seguían en la habitación.

—¡Voy a salir otra vez con Valen! -exclama Henry, que se estaba bañando en perfume.

—Y la vas a intoxicar. —Alex se tapa la nariz.

Henry decidió ignorar ese comentario y seguir a lo suyo. Después se marchó.

—Chicos ¿vais a venir? —nos pregunta Maya a Jaden, Alex y a mí.

—Yo no —respondo.

—Ni yo —dice Jaden.

—Yo sí, no me voy a quedar solo con estas babosas —Alex va con Maya.

—Me has demostrado que si tienes la regla —comenta Jaden, mientras cambia de canal.

Yo le miro con el ceño fruncido.

—Se supone que estabas en tu misión-bronceo y hoy no has querido salir, o mas bien no has podido —añade.

—Jaden Holmes —pongo los ojos en blanco.

—¿Quieres ver una película?

—No me apetece.

—Hay helado.

—¿Qué película vamos a ver?

Jaden se empezó a reír. Tardamos como media hora, pero pudimos elegir una al final.

En medio de la película murió un perrito y estuve llorando lo que restó de película.

—Tengo sueño —me quejo, aún secándome lágrimas.

—Pero si te has levantado hace dos horas.

—¿Y qué? Tengo sueño.

—Pues vete a dormir.

—No me molestéis.

Cinco minutos más tarde me levanté y fui directamente a buscar a Jaden, que seguía en el sofá.

—Jad...

—¿Qué pasa?

—Quiero que duermas conmigo.

Se me había olvidado mencionar la bipolaridad y las tonterías que digo en mis días.

¿Y eso? —pregunta riendo.

—¡Pues que eres mi novio! ¡Y estoy triste!

—¡Vale novia mía depresiva!

—¡No me digas depresiva!

—Lo siento, no vuelvas a llorar —me consuela en broma.

—¿Vas a venir conmigo o no?

—No —bromea.

—¡Eres el peor novio del mundo! —Me cruzo de brazos.

—¡Que es mentira! —se ríe de mí.

—No haces gracia.

Cuando se acercó a mi para ir al dormitorio le di una patada el la pierna.

—¡Auch!

—Es lo que te mereces. —Seguido de esto, tiré de su brazo hasta el dormitorio y nos tumbamos juntos, yo abrazándole y con la cabeza en su pecho mientras él me acariciaba el pelo. No tardé en quedarme dormida.

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