Capítulo 8

1.6K 90 1
                                    

DANIELA

Pasé un buen rato librándome de todos en el juego, pero al final Amelia me pilló y me la tuve que quedar.

Empecé a contar mientras escuchaba el agua moverse a mi alrededor.

—¡Que voy! —anuncio gritando.

Me costó un poco ubicarme con los ojos cerrados. No me lo pensé, grité de una vez.

—¡MARCOO!

—¡Polo!

Me dirigí a una parte donde más voces se habían oído.

Llevaba las manos estiradas y toqué a alguien.

—¡Eh! ¡Quieta o quieto! —exclamo, agarrándole—. ¿Tengo que adivinar su nombre? —pregunté en general.

—¡Sí! Y si te equivocas tienes que seguir buscando —me responde alguien.

—A ver... —le toqué el pelo. Era chica. Después le intenté tocar la nariz, pero creo que le metí el dedo en el ojo, porque se quejó.

—Ni puta idea de quién es —digo.

—Prueba con cualquiera —me dicen.

—¿Maya?

—¡No! ¡A buscar a otro!

Seguí buscando hasta que mi mano se posó sobre un abdomen que supuse que era de un chico.

—¡Analízale! —gritó un chico, divertido.

Y así lo hice. Subí las manos hasta su pelo y tuve sospechas de saber quien era. Debió de verme concentrada, porque soltó una pequeña risita. Y en ese momento, supe de quién se trataba.

Me hice la que no sabía y me acerqué más a él, sintiendo su respiración cerca. Creo que solo nos separaban centímetros. Pero no me importaba.

Bajé las manos cuidadosamente por su cara, intentando no meterle un dedo en el ojo. Aunque no sería mala idea. Le acuné la cara con las manos y después recorrí un dedo desde su mejilla hasta su nariz, sintiendo su piel suave.

Le quise ilusionar, así que me acerqué un poquito más ignorando toda la gente que había ahí mismo, mirándonos. Volví a poner las manos en su pecho, y cuando noté que el corazón le latía con fuerza y que estábamos realmente a centímetros, me separé.

—Jaden —dije.

Soltó un suspiro cuando me quité el antifaz y le sonreí burlona.

—Que tensión —murmura un chico a nuestro lado, sonriendo.

Jaden no volvió a hablar, simplemente se salió de la piscina algo alterado.

Un rato después salí junto a Marc. Hoy quería fastidiar a Jaden. Cuando nos vio salir riendo, se levantó y se fue. Poco después le vi aparecer... con una chica. Él tenía un brazo sobre sus hombros, y se estaban riendo de algo.

No tengo derecho a enfadarme, pero joder...

Cuando me miró sonriendo, supe que otra vez me estaba ganando. Así que hice algo de lo que probablemente me arrepentiría un rato después.

—Marc, ¿puedo hacer algo? —pregunté nerviosa.

—Claro...

Como sabía que Jaden nos estaba mirando, le agarré la cara a Marc y le besé.

No duró apenas unos segundos, pero fue suficiente para hacer enfadar a Jaden.

—¿Qué...? —Marc se quedó boquiabierto.

—Un placer conocerte, espero verte pronto —le mentí y me levanté para irme.

Entonces vi como Jaden le plantaba un besote a la chica con la que estaba. Fue intenso, pero se notaba que era falso. Aún así, apreté los puños de la rabia y seguí caminando hasta adentrarme en la casa.

Me encontré con las noviecitas en la cocina.

—Hola Dani —me saludan.

Me siento en un taburete frente a ellas y me cruzo de brazos.

—¿Qué te ha pasado con Jaden ahora? —suspira Jayla.

—Es un imbécil.

—¿Por qué?

—Se ha liado con una inútil en frente de mi cara.

—¿Qué? ¿En serio?

—Sí. En serio.

—Que capullo —dice mi hermana.

—Bueno... yo he besado a Marc también —admito.

—Entonces Daniela, no tienes excusa para enfadarte —mi hermana niega con la cabeza.

—Pero lo mío ha sido un piquito, lo suyo ha sido... no sé. Intenso. Le ha partido la boca y la acaba de conocer.

Las dos sueltan un gran suspiro.

—Si pensáis reconciliaros así, no vais por buen camino —me asegura Jayla.

—Yo no quiero volver con él, ni él conmigo —miento.

—No te lo crees ni tú.

—Es que... a veces me lo planteo. Pero después actúa como un idiota y se me borra la idea al instante.

Justo en ese momento, Jaden apareció a mi lado. Se le notaba demasiado nervioso.

—Daniela...

—¿Qué?

—Lo siento —suelta sin pensar.

—No eres mi novio, no te disculpes.

Se pasa una mano por el pelo, alterado.

—Bueeeenoo, nosotras nos vamos, ¿no, Jay? —mi hermana agarra de la mano a Jayla y se van.

—Sé que tu intención era darme celos —comenzó—. Lo sé por la forma en que me has mirado antes de besarle. Pero yo... yo no quería besar a esa chica. Ha sido casi automático. Porque has conseguido lo que querías.

—No te entiendo —miento. Quería que lo dijera.

—No me hagas decirlo.

—Específica, Jaden.

—Joder, que sí. Que me has puesto celoso. Ya está.

Solté una risita.

—No te rías, que tú también te has muerto de celos.

—Pues no. La verdad es que no —vuelvo a mentir.

—No sabes mentir.

—¿Te ha gustado? —le pregunto, burlándome. Me refería al beso, y el lo entendió.

—No.

—Vaya, pues que pena.

En realidad me había parecido súper tierno que viniera a disculparse tan solo un minuto después de hacerlo. Pero eso nunca lo iba a admitir.

—Lo de la piscina... —cambia de tema—. Lo has hecho a propósito, ¿verdad?

—No se de que me hablas —miento por enésima vez hoy.

—Sí que lo sabes. Sabías desde el principio que era yo. Y te has hecho la tonta para estar cerca mío.

Me puso nerviosa que diera en el clavo. Tragué saliva y dejé de mirarle.

—Eso es lo que a ti te gustaría, monada —le pinché la nariz con el dedo y me fui.

Shine with you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora