Capítulo 11

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—Es de mi madre. Y no le gusta que toquen sus cosas —nos estaba diciendo Alex. Le habíamos preguntado por un jarrón carísimo que había en el salón.

—Es súper bonito —dice Camila.

—A ver —Jaden me dio un leve empujón para ver el jarrón.

Y tal y como lo había pensado, este era mi día de mala suerte. Pues cuando Jaden me apartó yo me tropecé con el pie de Amelia y le di un manotazo al jarrón. Se cayó al suelo y se rompió en varios trozos.

Me quedé petrificada, y Jaden también. Alex nos miró fijamente, enfadado.

—Os vais a cagar —dice.

Antes de que nos pudiera atrapar, Jaden me agarró de la mano y tiró de mi para subir corriendo las escaleras.

—¡No corráis, capullos! —nos grita Alex.

Jaden abrió la primera puerta que vio y al entrar la cerró y dio un suspiro.

—Creo que nos va a matar —susurro.

Alguien detrás de la puerta empezó a aporrearla.

—¡Sé que estáis ahí!

Jaden miró a su alrededor antes de volver a agarrarme la mano y guiarme hasta el armario.

—Ah no, no pensarás que voy a entrar ahí, ¿no?

—Daniela, o entras o mueres.

Di un suspiro y él se rio.

Entré con él en el armario y cerró la puerta.

—¿Cuando salgamos de aquí seremos gays? —susurro en broma.

—A no ser que te vuelvas un chico, jamás sería gay.

Vale, gracias a Dios que apenas se veía ahí dentro porque estaba roja seguro.

Alex consiguió abrir la puerta y nos quedamos en silencio, rezando por nuestras vidas.

—¿Sabéis lo que valía esa mierda para mi madre? —dice, buscándonos por la habitación.

Era un armario pequeño así que tenía que estar pegada a Jaden. Y eso no me hacía mucha gracia. Me latía el corazón a toda velocidad.

Giró la cabeza lentamente hacia mi para mirarme. Se creerá que no lo veo, pero la poca luz da para darme cuenta de que me está mirando los labios.

Le agarro del mentón para girarle la cabeza hacia el frente y veo como esboza media sonrisa.

Me volví a concentrar en la búsqueda de Alex.

El muy tonto no iba a mirar nunca en el arma...

—Aquí estáis, desgraciados.

Nos agarró a los dos de la oreja y nos sacó a la fuerza de ahí.

—¡Auch! —nos quejamos.

—Sí, "auch" voy a hacer yo cuando mi madre me dé una paliza por romperle el jarrón.

—Lo sentimos —digo cabizbaja cuando me suelta la oreja.

Se quiere hacer el duro, pero vi como me revisaba la oreja para ver si me había hecho daño o no. Sin embargo, se giró hacia Jaden con una expresión seria.

—Tú —le señala—. Eres un niñato. ¿No puedes pedir que se aparte en lugar de empujar a todo el que se te cruce? ¿Te crees el rey de la selva o algo?

Jaden se quedó en su lugar, con los ojos muy abiertos.

—¿Os habéis cortado antes o algo? —nos pregunta, el muy bipolar.

—No —negamos.

—Venga, vamos. Pero no vais a volver a pisar mi casa.

Le dio una palmadita reconfortante en el hombro a Jaden y salió de la habitación.

No ha sido tan malo como esperábamos.

Jaden y yo cruzamos una mirada divertida y no pudimos evitar soltar una carcajada.

Pero no todo acaba ahí, porque cuando digo que es mi día de mala suerte, lo digo en serio.

Bajamos corriendo las escaleras y resulta que justo en ese momento Camila estaba corriendo desde la cocina hasta el salón. No me vio, ni yo a ella, así que nos chocamos y me dio un buen golpe en la nariz.

—¡Auch! —exclamé y me agarré la nariz.

—¡Daniela! ¡Dios mío lo siento, no te había visto!

—Da igual...

Sentí mi mano húmeda así que la aparté y la vi completamente roja.

Cabe aclarar que odio la sangre. Me mareo solo de verla, y los que estaban aquí ya lo sabían.

—Mierda —dice Jaden al verme pálida.

—Joder, no para de salir sangre —dice Camila con una mueca.

Cerré los ojos evitando pensar en eso.

—Ay Dios mío, ay Dios mío —digo repetidamente.

Alguien se acercó a mí y me colocó papel en la nariz, abrí los ojos y pude comprobar que era Jaden.

—Que asco —Javon pone una mueca.

Jaden me guió hasta el sofá para sentarme.

—Yo no sé parar el sangrado —dice estresado, mientras comprueba mi nariz.

—Puedo buscar en google —Henry se apresura a sacar su móvil.

—¿Qué pone? —pregunta Camila ansiosa.

—A ver... Siéntate derecha e inclina la cabeza ligeramente hacia delante —lee las instrucciones y yo hago lo que dice.

—Ahora tápate la nariz presionándola por la parte blanda y quédate así diez minutos.

—¡¿Diez minutos?! —abro los ojos como platos.

Asiente con la cabeza.

Hice lo que me dijo y Jaden se quedó los diez minutos sentado conmigo, comprobando que funcionaba y que estaba bien.

—Ya está, se supone —dice Henry.

Me quité el papel y me destapé la nariz. Estaba toda llena de sangre así que intenté no mirarme mucho, pero ya no salía más.

—Ven, te tienes que limpiar —Jaden se levanta y me ofrece su mano. La tomo y me lleva al baño.

Cuando llegamos abre el grifo y yo me lavo las manos mientras él buscaba una toalla. Después me lavé la cara, un poco mareada.

—¿Estás bien? —me pregunta.

—Sí. Solo estoy... un poco mareada.

Se acercó a mí para secarme la cara con cuidado. Yo le estaba mirando atentamente, y cuando levantó la mirada la aparté rápidamente y la dirigí al suelo.

Cuando terminó se quedó unos segundos parado frente a mí, mirándome, después me agarró el mentón y me levantó la cabeza para que le mirara. Estábamos a centímetros.

—¿Segura que estás bien?

Asiento con una sonrisa tras unos segundos. Me imita y deja la toalla para salir del baño conmigo.

Arii 🌺

Capítulo dedicado a: @lovewaltonss

Besiitooos💋

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