Capítulo 2

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Mi madre toca el timbre y segundos después nos abre un hombre corpulento y con poco pelo, por no decir nada.

Tenía una sonrisa que lo hacía ver tierno a pesar de los tatuajes que tenía por todos lados.

—Hola, pasad.— Se aparta a un lado dejándonos paso.

Entro a la casa y veo a seis personas.

Un niño pequeño comiéndose una piruleta en la mesa, una chica ayudando en la cocina a Jessica, un chico robando algo de la comida que habían preparado, el señor que nos había abierto, y...

Un chico guapísimo sentado en el sofá con la mirada fija en su teléfono y una expresión seria.

Cuando nos adentramos más en la casa, todos levantan la cabeza y nos miran.

—¡Holaaa!— se acerca Jessica y nos saluda.

—Chicos, estos son nuestros nuevos vecinos, ella es...— Jessica empezó a presentarnos uno por uno al resto de su familia.

También lo hizo del revés, nos presentó a toda su familia.

El chico del teléfono se llamaba Jaden, el que roba comida se llama Javon, el de la piruleta Daelo y la chica es Jayla.

Sirvieron la cena y empezamos a comer mientras los adultos sacaban tema de conversación.

—Los has apuntado en el colegio *****?— Jessica pregunta por el colegio de sus hijos.

—Si, me pareció el más adecuado.— Le responde mi madre.

—Ahí están mis hijos, podrían ir juntos.

—Perfecto, empiezan mañana, ¿no?

—Si, pueden ir juntos.— Jessica sonríe.

—Pero si apenas nos conocemos...— murmuro, pero todos me escuchan.

—Por eso, así os vais conociendo más.— Dice Jessica.

—No se, no lo veo...

—Vais juntos mañana, así te enseñan el colegio.— Me interrumpe mi madre.

—Como sea.— Vuelvo la mirada hacia mi plato y sigo comiendo.

Noto una mirada, así que levanto la cabeza y mis ojos conectan con los de Jaden. No me miraba con mucho agrado. En cuanto lo miro, aparta la mirada.

¿Le caeré mal? Si le caigo mal, pues el a mi también.
Más orgullosa que yo no hay nadie.

—Puedo pasar a recoger a Daniela y Camila mientras vosotras lleváis a Daelo y Dylan— se ofrece Jayla.

—Menos mal que tengo una hija responsable, gracias hija.

Después de cenar, Jessica y mi madre se pusieron a recoger todo, los dos hombres salieron al jardín a hablar, Camila se puso a hablar con Jayla y Dylan ya estaba corriendo por la casa con Daelo. Sin darme cuenta me había quedado sola con esos dos. En un sofá entre ambos.

Javon repiqueteaba un dedo en su rodilla mientras Jaden solo miraba el suelo fijamente, sin moverse.

Me recuesto en el sofá aburrida y ambos me miran a la vez.

—¿Qué?— frunzo el ceño.

Javon parece querer decir algo, Jaden solo me mira.

—Esto es muy incómodo, deberíamos hacer algo.—Habla Javon.

—¿Tienes una idea? Porque yo no.— le respondo.

Jaden no deja de mirarme y me está poniendo de los nervios.

—Yo tampoco.— dice Javon.

Nos volvemos a acomodar en el sofá y mi rodilla choca con la de Jaden. Lo miro y todavía me está mirando.

—¿Puedes dejar de mirarme así?

—¿Cómo?— habla por primera vez en toda la noche, y sonríe de medio lado.

—Como sea, no me has apartado la mirada desde que me he sentado aquí, ¿es que tengo algo en la cara o que?

—No.— Y sigue mirándome así.

Resoplo y me giro de nuevo hacia delante, pero siento su mirada aún en mi perfil.

Un rato después Javon se había ido y yo me había puesto con el teléfono, me giro y lo veo, mirándome.

—Me estas hartando, deja de mirarme, PE-SA-DO.

—No quiero.

—¿No te cansas?

—No.

Javon vuelve al sofá y me ve molesta, así que habla.

—Hace unos días su novia le puso los cuernos, está dolido el pobre, por eso te molesta.

—No hacía falta dar detalles Javon.— Lo mira mal y yo empiezo a reírme abiertamente de el.

—¿Y tú de qué te ríes?— ahora me mira mal a mí.

—¡Te han puesto los cuernos!— sigo riéndome.

—Cállate, seguro que a ti también te los han puesto alguna vez.

—Yo nunca he tenido novio.

—¿Y te ríes de mi? Peor es eso.

—He dicho que no he tenido novio, eso no quita que tenga pretendientes.

—A nadie podrías gustarle.

—Me lo dice el cuernudo.

—Se lo digo a la que nunca ha tenido novio porque nadie le quiere.

—Estoy segura de que tengo más pretendientes que tú, memo.

—Quisieras.

—Ya te darás cuenta cuando pase un tiempo.

—Ni aunque pasen años tendrás tantos pretendientes como yo, pardilla.

Vale, ya me está enfadando.

—Cuando pasen esos años te seguiré restregando por la cara que tienes unos cuernos mas grandes que tu cuerpo por tres.

Javon se ríe a carcajadas de nosotros. Y Jaden frunce el ceño enfadado.

—Y yo te seguiré recordando que nadie te quiere.

—Creo que al que no lo quieren es a ti.— Hago un gesto de cuernos con mis manos, riéndome.

—Dani, nos vamos— nos interrumpe mi hermana.

Me levanto y me despido de Javon.

Todos se despiden entre ellos y yo hago unos cuernos con las manos y le saco la lengua a Jaden en forma de burla antes de salir. Veo que este me saca el dedo corazón y sonrío triunfante.

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