Capítulo 5

1.7K 85 4
                                    

DANIELA

Estábamos recogiendo las cosas mientras veíamos el sol desaparecer.

—Ahora voy yo en mi sitio —digo.

—Mejor. Así no vas a mi lado —comenta Jaden por lo bajo.

—Cállate. Si te mueres de ganas de que me ponga a tu lado.

—En tus sueños, listilla.

—Si tú apareces en un sueño mío, pasaría a ser una pesadilla.

—Sería el mejor sueño de tu vida.

—La peor pesadilla de mi vida —le corrijo.

—Ya está todo recogido. Dejad de pelear y vamos —dice Jayla.

Obedecimos y nos dirigimos todos a los aparcamientos. Javon entró en el coche y unos segundos después empezó a quejarse.

—Mierda. Jaden, Daniela, ¿podéis guardar las cosas en el maletero?

—¿Por qué nosotros? —protesto.

—Necesito que Jayla y Camila me ayuden. El coche no arranca.

Suelto un suspiro y me agacho para coger una mochila y llevarla al maletero. Jaden también estaba llevando algunas cosas.

Vi como el muy tonto ponía un flotador —todavía hinchado— en medio de todo, sin dejar espacio.

—No lo pongas así —le doy un manotazo.

—¿Y cómo quieres que lo ponga?

—Primero, tienes que desinflarlo.

Cómo vi que él no lo iba a hacer, lo hice yo. Noté que me miraba fijamente mientras lo hacía. Cuando lo desinflé, lo coloqué bien para que no ocupara mucho espacio.

—¿Lo ves? Tampoco era tan difícil.

Sonrió de medio lado mirándome y después apartó la vista para seguir a lo suyo. Aún tenía esa estúpida sonrisita en la cara.

—¿Qué es lo que te hace tanta gracia? —le miro con una ceja enarcada.

—Nada, ¿por qué?

—Por nada, mejor paso de ti, porque sé lo que pretendes.

—¿Qué es lo que pretendo?

—Principalmente, pretendes que te pregunte veinte veces de qué te ríes, para hacer que me enfade y que discuta contigo, después... —me interrumpió.

—Vale, vale. Me has pillado.

Hubo un silencio mientras nos mirábamos.

—¿Te gusta discutir o qué? —suelto de repente.

—No.

—Entonces, ¿por qué siempre quieres discutir conmigo?

—Porque eres graciosa cuando te enfadas.

—Pues a mi no me parece gracioso.

—Porque tú no te ves. Te debería grabar.

—Tú me llegas a grabar, y te enteras.

Sin darme cuenta, nos habíamos acercado más. Estábamos más cerca de lo que deberíamos estar. Cuando el sonido del motor se enciende, los dos nos giramos a la vez.

—Ya está chicos, ¿habéis terminado? —pregunta Javon.

Me alejo de Jaden y meto lo que falta en el maletero.

—Ya está —digo mientras lo cierro.

Pasamos el camino escuchando música y aguantando los chistes malos de Javon.

Shine with you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora