Capítulo 12

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Ya habían pasado dos semanas de eso. Daniela había vuelto a su casa, y ahora ella y Jaden eran una especie de amigos.

Lo nunca visto.

Hoy Daniela había quedado en llevar a Dylan y Daelo al parque, así que ahora se estaba vistiendo para ir a recoger a Daelo.

Se puso un short rosa y un top blanco con una gorra del mismo color que el pantalón.

DANIELA

—Vamos Dylan —digo mientras cogía las llaves.

Aparece de un salto a mi lado y sonriendo.

—Listo.

Salí de casa y me dirigí a la de enfrente, donde Jessica me abrió y Daelo vino corriendo a saludarnos.

—¿Y los chicos? —le pregunto.

—No están, han ido a comprar. Si quieres cuando vuelvan te aviso o les digo algo...

—No, no te preocupes Jess. ¡Adiós!

—¡Adiós! ¡Pasadlo bien!

—¿Quién quiere un helado antes de ir al parque...?

—¡Yooo! —gritan los dos.

—Genial, pues vamos a la heladería.

Tuve que llamar un taxi porque yo aún no tenía el carnet de conducir.

Cuando llegamos a la heladería pedimos un helado los tres y fuimos al parque que había delante.

—Ya sabéis, no... —comencé.

—No nos peleamos, nos portamos bien y tenemos cuidado —terminan por mí, poniendo los ojos en blanco.

—Exactamente.

Los veo correr hacia los juegos y yo busco un banco para sentarme.

Estuve un rato con el teléfono hasta que escuché un silbido y me giré. Para mi sorpresa, me encontré ni más ni menos que con Jake y su pandilla de rateros.

—¡Eh tú! —me señala.

—¡Tengo nombre, imbécil! —le espeto.

Se acercaron al banco donde me encontraba.

—No vayas de valiente, me debes una.

—Yo no te debo nada.

—¿Ah no? —me dio una manotazo y me tiró el helado de la mano.

—¿Eres idiota? ¿Qué cojones quieres? —me levanto para enfrentarle.

Al ver que no se movía ni un centímetro me entró miedo. Me acordé de los moratones que me dejó hace años y la fuerza que tenía.

—No te vas a librar de mí. Tú me dejaste en ridículo, ahora te toca a ti.

¿Que yo le dejé en ridículo? ¿Pero que dice?

Trago saliva y hago un esfuerzo para no despegar mi mirada de la suya y parecer valiente.

—¿Qué pasa? ¿Tienes miedo? —me pregunta uno.

—Que lástima que tu novio no esté aquí para hacer de Superman —se burla otro.

—Dejadme en paz —me intenté alejar de ahí pero Jake tiró de mi brazo.

—¿No me has escuchado o que? —su expresión cambió de una burlona a una totalmente seria.

—Jake, no se que es lo que quieres, de verdad. Ni siquiera he hablado contigo desde el año pasado más o menos. No lo entiendo.

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