Por otro lado, Robert y Derek se hallaban en el despacho personal donde él pasaba horas y horas. Durante los primeros treinta minutos, hablaron de sus vidas, de lo que habían estado haciendo durante tantos años sin verse. Robert contó que se fue a vivir a España donde encontró una buena casa en Madrid y donde conoció a su esposa, que actualmente estaba difunta a causa de unas fiebres muy altas que fueron imposibles de frenar. Derek se compadeció de él, su esposa también murió hace años y nunca había pensado o plantearse buscar un nuevo amor. Un silencio invadió aquel despacho, y entonces Robert, volviendo a pensar en aquella joven que tanto le había llamado la atención minutos antes, preguntó por ella interesado.
-Una de mis criadas.-dijo Derek-
-¿Y es blanca?.
-Sus padres la vendieron por un puñado de monedas. Y bueno, yo la compré para que estuviera bien.
Robert sonrió y Derek se dio cuenta de que Valeria le había gustado.
-Despertó tu interés, ¿verdad amigo?.
-Es hermosa, eso es todo.-contestó Robert-
-¿Qué tendrá esa niña que a todos les llama la atención?.
-¿A ti también?.
-No Robert, es una niña de diecisiete años y yo un hombre de cuarenta y tres, ¿qué interés tendría yo en ella?.
-No sería la primera vez que la edad no influyera en una relación.
-No, yo no creo en el amor por segunda vez.
Derek pensaba exactamente lo mismo que Valeria, ninguno de los dos creía en el amor. Sin embargo, Robert pensó en ir más a menudo a aquella casa para conquistar el corazón de la joven adolescente, que no le importó su corta edad, él confiaba en sí mismo y sabía que no era mala persona, era romántico y amable y se veía capaz de hacerse dueño de su amor, ya que nunca se le había resistido ninguna mujer desde que su esposa murió. Llegó el momento de partir, Robert se levantó de su asiento y se despidió de Derek, que insistió en acompañarlo fuera, pero él se negó, no le convenía porque quería encontrarse con su dama a solas para empezar con su conquista sin interrupciones. Caminó por el pasillo a solas hasta detenerse junto a una puerta de la que salía una melodía cantada a acapella por una dulce voz femenina. No puedo evitar asomarse despacio, sus ojos vieron a la pequeña esclava blanca mientras cantaba y bailoteaba como si estuviera junto a alguien. Ante aquella duda, Robert observó si había gente y al ver que estaba sola, sonrió y abrió la puerta del todo continuando mirándola hasta que Valeria, al darse la vuelta, se asustó y detuvo por completo su cántico y su baile con un inmenso rubor. Valeria bajó la mirada, no tenía valor para mirar a Robert, el cual la miraba aún sonriendo y plantado junto a la puerta como una estatua. Al poco, él fue entrando en la habitación de Noel, pues no estaba en la suya.
-Bailas y cantas precioso, ¿dónde lo has aprendido?.-preguntó él-
-Yo sola. Me sé dominar.
-Eres inteligente por lo que veo.
-Eso dicen.
-¿Me permites una pieza, señorita?.
Valeria sonriente, aceptó bailar con él una canción que ella misma cantó con su bonita voz. Robert pasó una mano por la cintura de la joven, y con la otra, agarró su mano. Ella empezó a cantar y él fue llevando el ritmo de ambos cuerpos mirándola fascinado por su espíritu cada vez más con cada paso. Por allí pasaba Noel, que se detuvo por completo al ver la escena lleno de celos. Sintió ganas de apartarlo de ella de un empujón o de un fuerte golpe en la cara, ¿con qué derecho se atrevía a tocarla y a bailar con ella cuando debería ser él?. Pero fue paciente e interrumpió tocando dos veces la puerta. Robert y Valeria se apartaron al ver a Noel con el ceño fruncido.
-Podéis seguir, pero no en mi habitación.-dijo Noel sin controlar aquellos celos-
Aquel tono logró cabrear a Valeria, que se salió de la habitación malhumorada por la actitud de su mejor amigo.
-Tranquilo, no volveré a pisar tu maldita habitación.-dijo Valeria antes de irse de su vista totalmente-
Robert y Noel chocaron miradas formando una tormenta de rivalidad absoluta que se notaba en el ambiente a kilómetros de distancia.
-¿Te encuentras bien?.-preguntó Robert irónicamente-
-Claro perfectamente, es sólo que no quiero estos numeritos en mi habitación. Sí lo entiendes, ¿no?.
-Por supuesto, buscaré otro cuarto para nuestro próximo baile. Sí lo entiendes, ¿no?.
Noel cerró la puerta en las narices de Robert y él se sonreía, había conseguido desquiciarlo más de lo que ya estaba, y ya por fin se fue de la casa montado en su galante caballo negro. Valeria y Noel estuvieron todo el día sin cruzar palabra alguna, ella estaba cabreada por el tono que usó, y él seguía con sus celos y su orgullo impidiéndole pedirle perdón. Al día siguiente, ella tenía que volver al trabajo, se levantó temprano para hacer las camas y limpiar las habitaciones, en la que se incluía la de su mejor amigo. Primero empezó con la de Derek, la que más le gustaba ordenar, le encantaban sus paredes pintadas de rojo y las sábanas blancas que llevaban pegadas su olor y las que se entretenía olfateando cada mañana como una niña pequeña de cinco años. Sin poder evitarlo, se tumbó en la cama de golpe de espaldas e imaginó una historia perfecta al lado de su amo, soñaba despertar en esa cama cada día entre esas sábanas y comprobar con sus ojos que despertaba junto a él, que le daba los buenos días abrazado a su cuerpo todo el día sin interrupciones... Y de pronto, sonrió con inocencia, como si estuviera recordando algo que hubiera pasado en realidad. La verdad es que ese era su mayor deseo, hacer su sueño realidad, un sueño que llevaba el nombre de Derek. Minutos después, ella seguía en su mundo imaginario hasta que fue interrumpido por unos pasos dentro de la habitación y una voz familiar.
-Valeria, ¿te encuentras bien?.-preguntó Derek al verla tumbada-
Ella se levantó sobresaltada y avergonzada sintiendo que había hecho el ridículo.
-Me encontraba mal y necesitaba echarme.
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La esclava blanca #Libro1
RomantikCorre el año 1731, narra la historia de Valeria, una esclava blanca que no conoce otra vida que servir a su amo tras ser vendida por sus propios padres a los diez años de edad, pero un día, la rutina de la joven pasa a ser su peor pesadilla al caer...