Capítulo XXIII

5.5K 333 11
                                    

-Noel, déjame que te explique...

-¡Cierra la boca padre!. No necesito que me expliques nada. ¿Qué vas a decirme?, ¿que no querías hacerme daño?. Ese cuento ya me lo sé.

-Lo siento, empecé a fijarme en ella sin querer, tampoco sabía que tú la querías hasta el día que me lo dijiste. Me hice a un lado pero no pude, la necesitaba y la necesito a mi lado.

-Empiezo a pensar que eres un perturbado que se fija en niñas.

-Cuidado con lo que dices...Y más vale que te acostumbres, porque yo la quiero y seguiremos juntos.

Noel prefirió no seguir hablando, estaba todavía furioso y violento, se fue de aquella habitación antes de cometer un acto del que podría luego lamentarse. Lo que sí que haría ahora , sería buscar a Valeria para hablar con ella y no de muy buenos modales que digamos. Mientras Derek se quedó allí recogiendo todos los destrozos, Noel salió en busca de la chica, encontrándola bajando las escaleras para ir al sótano, pero él la detuvo llamándola por su nombre . Valeria se paró dándose la vuelta atisbando cómo Noel bajaba las escaleras veloz hasta ponerse delante suya. No dijo nada, directamente la cogió del brazo y se la llevó a su habitación. Valeria le pedía que la soltara porque la estaba lastimando, pero Noel no escuchó sus súplicas, le daba igual.

-¿Robert?. ¡Venga ya!, te has estado viendo con mi padre todo este tiempo.

Valeria se quedó totalmente en blanco con la mente bloqueada, el rubor empezó a cubrir de rojo las mejillas de la chica que no sabía otra cosa que hacer que negar con la cabeza.

-Ya hablé con mi padre, lo sé todo, así que no lo niegues. Sólo dime por qué él...

-Yo...De verdad que lo lamento por ti. La verdad es que llevo queriendo a tu padre ocho años.

-Esos son los mismos que llevas en esta casa.

-Desde ese entonces.

-¿Y has tenido que enamorarlo?.

-No. Surgió solo. Siempre he callado y nunca tenía pensado decir nada.

-¡Debiste decírmelo antes!.

-¿Debí?. Yo debo obedecer órdenes no de decir lo que siento.

Noel la agarró de la muñeca derecha y apretó con fuerza para hacerle daño.

-¡Tú sabías que yo te quería!.-dijo él-

-¡Y tú que yo no!.

Noel le dobló la muñeca un poco y Valeria soltó un leve quejido de dolor.

-Suéltame, me haces daño...

-Tú también me has hecho.

Ambos se quedaron mirando durante varios segundos hasta que por fin, él la soltó dejando que su sangre siguiera circulando por sus venas.

-Vete, no quiero verte.-dijo Noel-

Valeria deseó que aquella situación no estuviera sucediendo, quiso hablar con él tranquilamente, intentar que él entendiera sus sentimientos, que sus diferencias se pudieran aclarar, pero Noel no estaba de humor para ello, él sólo quería estar solo y tranquilo sin su presencia para evitar alteraciones mayores.

Pasaron los meses, el tiempo primaveral ya había dado comienzo en 1749 y por suerte para todos, las cosas se habían calmado un poco más. Digamos que Noel acabó asimilando esa extraña relación entre su padre y su mejor amiga, y a decir verdad, por quien más sentía rencor era por Valeria de la rabia de no poderla tener tal como la tenía Derek. El diecinueve de marzo, el amo de la casa cumplía años, y como era de costumbre, organizó una fiesta invitando a gente de su misma clase social. Mandó cartas a todos sus amigos y conocidos del estado de Virginia, un par a España y alguna que otra por Alemania. Desde por la mañana, todos los que servían en la casa empezaron a organizarlo absolutamente todo: a decorar la casa con adornos lujosos, mesas largas rectangulares barnizadas con montones y montones de platos de comida, copas de vino o ponche para que los invitados pudieran elegir acorde a su gusto favorito. Alrededor de la casa, pusieron antorchas clavadas en la tierra listas para prender su mecha al anochecer, y como no, los músicos contratados que también llegarían por la noche. Horas más tarde, cuando la fiesta estaba a punto de empezar, Valeria se encontraba llenando las jarras de cristal unas de ponche y otras de vino hasta que unas manos se posaron sobre sus ojos impidiéndole ver. El perfume de Derek la hizo sonreír.

-¿Lista?.-preguntó él-

La esclava blanca #Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora