Capítulo XX

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Derek casi apenas podía moverse, logró ver fuera de casa a todos sus esclavos vigilados por dos hombres más también bien armados. Los cuatro fueron caminando hasta la salida de la casa y justo en ese momento, Robert llegó con Valeria y sus refuerzos para ayudar a Derek y compañía. La joven al ver la situación en la que se encontraba su amor, empezó a encontrarse tan mal que sintió como su cuerpo se debilitaba...Robert descargó su arma a distancia disparando a uno de los que vigilaban a los esclavos bajándose inmediatamente del caballo como así también lo hizo Valeria corriendo hacia donde Derek se encontraba. Cuando otro más fue abatido por un disparo en la cabeza, el hombre que retenía a Derek situó el arma sobre la cabeza de su rehén dispuesto a disparar si alguien daba un paso más. Valeria pensó algo para ayudarlo, y se le ocurrió la brillante idea de dar la vuelta a la casa para entrar por la misma ventana de la que salió y lograr ponerse detrás para disparar sin dudar y salvar así la vida de su amo. Al llegar, entró despacio y todavía con los pies descalzos, algo heridos por la arenilla del suelo. Lentamente, fue acercándose a su espalda y colocó el arma sobre su nuca una vez alcanzado su propósito de ponerse tras él.

-Suéltalo, ya no tienes nada que hacer.-dijo Valeria-

-Tú...¿Cómo has llegado hasta ahí?.

-Deberías inspeccionar mejor la zona en la que quieras entrar. Ahora suéltalo o juro que disparo.

Él, en cambio, rió a carcajadas dispuesto a apretar el gatillo, y entonces, Valeria disparó primero. El escenario era sangriento y fúnebre, el único que quedaba con vida soltó a Noel y cayó al suelo arrodillado rindiéndose. Robert no quería lamentos, fue a matarlo directamente pero Derek lo detuvo.

-¿Quién os envía?.-preguntó Derek-

-Blake...Nos ofreció una buena cantidad de dinero a cambio de tu muerte.

-Vaya, supongo que le dará pena enterarse de que ninguno de sus hombres comprados ha quedado vivo. Robert, es todo tuyo.

Derek se metió dentro de casa para estar solo y Robert le sonrió antes de acabar con él, antes quería escucharlo suplicar por su vida, ver cómo sus ojos lloraban en sus últimos minutos. Un par de minutos después, Robert mató al último que quedaba vivo y quemó los cuerpos. Cuando ya todo había cesado, Robert y Valeria se quedaron solos fuera donde empezaron a conversar.

-Gracias. No sé qué habría pasado sin ti. Y disculpa a Derek, cuando se pone así se aísla del mundo, pero te lo agradecerá.-dijo ella-

-Lo sé, yo también lo conozco. Me voy, tened cuidado, ¿vale?.

Valeria asintió y vio partir a Robert con sus hombres ilesos. Luego se paró durante cinco minutos en silencio aliviada porque el terror ya se había pasado al fin. Ahora necesitaba ver a Derek, saber cómo estaba...Y efectivamente así lo hizo: subió las escaleras y se dirigió a la habitación de su amo, por suerte, la llave no estaba echada y logró entrar. Noel ni siquiera se dio cuenta, estaba en su cama dándole vueltas a lo que había pasado y como a Derek, le gustaba aislarse. Valeria fue aproximándose a su amor en silencio sin decir nada hasta que de repente, Derek se levantó de la cama y se puso frente a ella.

-¿Por qué me has salvado?. Te dije que nunca lo hicieras.-dijo él-

Su tono sonaba enfadado.

-De nada, yo también me alegro de que estés bien...-dijo ella-

-No quiero que vuelvas a hacerlo.

-¿Sabes?. Empiezo a pensar que te avergüenza que una mujer y encima esclava te salvara la vida.

-Para nada. Estás muy equivocada. Lo que me pasa es que pones tu vida en riesgo por la mía y no quiero que nada te pase. Me volvería loco si te perdiera.

-Eres un imbécil, si me hubiera quedado de brazos cruzados probablemente tú y yo no estaríamos teniendo esta conversación.

-Está bien, lo siento. Y gracias por salvarme, yo habría hecho lo mismo sin duda.

Pero hay algo más que te preocupa...

-Blake ha atacado de la forma más cobarde...¿No se atreve a venir él a por mí?.

-No hables demasiado alto, ese es capaz.

-¡Pues que venga!

-Veo que no estás de muy buen humor...Me voy. Si me necesitas ya sabes dónde estoy.

Valeria se quiso ir, sentía que le estaba estorbando en su habitación, pero entonces su voz la detuvo.

-No te vayas. Te necesito.-dijo Derek-

Valeria se giró mirándolo, y tras una sonrisa caminó hacia él tumbándose a su lado y sin pedir nada a cambio, lo abrazó fuertemente como él a ella. Pasaron lo que quedó de noche durmiendo, pegados uno al otro sin separarse ni un sólo instante.


La esclava blanca #Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora