Capítulo XXVII

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-No Valeria, yo no te enseñé a ser así.-le decía Helen preocupada-

-Lo sé, esta es una parte de mí que se quedó sin aprender.

-No lo busques... Podrías arrepentirte.

Eso la hizo pararse a recapacitar un poco más en lo que estaba a punto de hacer, pero no le duró mucho tiempo, enseguida volvió a cegarse en su idea y salió de la cocina para coger un caballo y marcharse a la ciudad. Helen salió junto a ella parándose en la puerta observándola por última vez aquel medio día. Valeria también la miró y luego marchó a toda velocidad. Derek la vio en el último momento, presintió que algo no iba bien al verla ir con esa cara, como so no fuera a regresar nunca más. Salió de su habitación y se reunió con Helen en la entrada de la puerta, su presencia la puso incómoda y en una situación comprometida: si no decía a dónde había ido la chica realmente, a saber lo que Blake sería capaz de hacerle una vez que la tuviera en su poder, en cambio, si lo decía... Habría un nuevo conflicto, una nueva disputa por la misma mujer. Tales fueron sus nervios, que empezó a llorar incapaz de tomar una decisión rápido mientras el tiempo corría en contra de todos.

-¿Dónde va?. Sé que lo sabes.-preguntó Derek-

-Diga lo que diga no beneficia a nadie... Si no lo cuento es malo para ella, si lo digo, es malo para ti.

-A mí no me importa lo que a mí me pase, así que dímelo antes de que le sucede algo. ¿Está en peligro?.

-Sí señor... Se fue a buscar a Blake y dice que no iba a volver

.Derek se odió más que nunca en ese momento, nunca tuvo que pagar aquel enfado contra ella, contra la niña de sus ojos, la que más amaba a pesar de todo. Y para nada fue un error, el error sería perderla por un canalla como su hermano. Inmediatamente, Derek cogió un caballo y le pidió a Helen que cuidara la casa en su ausencia prometiéndole traer a Valeria de vuelta fuera como fuera. Una vez que ella llegó a la ciudad, recordó las últimas palabras de Blake: "Si me necesitas algún día, estaré en el bar". Decidida, se dirigió veloz hasta allá sin importarle los comentarios de la gente al verla entrar. Se plantó frente a la puerta unos segundos y después entró repentinamente dejando a toda una ola de hombres asombrados por tal belleza femenina. Blake, junto a la barra sonrió con malicia, sabiendo que lo estaba buscando. El camarero, un tipo ya algo anciano con bigote blanco y ceño fruncido, se acercó a la chica.

-Tú, mujer. Vete de aquí, este sitio es de hombres.-dijo él-

-No me iré sin hablar con alguien primero.

El bigotudo fue a echarla por la fuerza cuando Blake lo detuvo con un tono de voz seco y alto muy respetuoso. El camarero refunfuñando se retiró para seguir sirviendo copas de vino y cerveza.

-¿Qué te sucede?.-preguntó Blake-

-Déjame ir contigo

-Vaya, tu tono suena algo decepcionante. Creo recordar que te lo advertí. Pero está bien, si eso es lo que quieres... Te llevaré conmigo para siempre.

Ese "para siempre" hizo que Valeria se arrepintiera de haberlo buscado... Él estaba encerrado en la idea de tenerla consigo aunque tuviera que matar a Derek.

-Vamos, te llevaré a tu nuevo hogar.

Blake salió por la puerta y Valeria detrás. Juntos subieron al caballo de él, dejando el blanco de la joven desamparado. De camino, Valeria iba agarrada a su cintura sin dejar de pensar en Derek, deseando que la buscara para comprobar si en verdad la quería. Por otro lado, al llegar Derek a la ciudad, la buscó por todos lados sin descanso. Todo le dio un giro cuando vio el caballo de Valeria solo al lado de la puerta del bar. Agarró el mango de su espada y entró dentro pero para su sorpresa, no estaban las dos personas que buscaba, entendiendo, que ya era tarde, Valeria ya había llegado hasta Blake. Armado de valor, fue a su hacienda a buscarla sin pedir siquiera ayuda. Casi al llegar Blake junto a Valeria, él detuvo la marcha de su caballo, sus planes habían cambiado de rumbo.

-Te llevaré a otro lado... Mi casa es a donde Derek irá a buscarte, y no queremos eso, ¿verdad?.-dijo Blake-

-Eso no fue lo que dijiste.

-Cierto, pero a fin de cuentas decido yo.

-No puedes llevarme a otro sitio.

-¿Y por qué no?.

Valeria guardó silencio ante tal pregunta y Blake entendió lo que ella pretendía.

Ahora lo entiendo. Has puesto a prueba a tu amante, ¿no es así?. Veamos pues, si ese inútil es capaz de encontrarte.

-Quiero regresar, llévame de vuelta.

Blake rió a carcajadas.

-De eso nada, ahora me perteneces. Y yo que creía que me necesitabas de verdad... Te vas a arrepentir de haberme utilizado.

Blake tomó otra dirección, dejando su casa y sus tierras al recaudo de un par de primos que vivían con él mientras se ocupaba de Valeria por un tiempo. Derek fue a buscarla, mas los esclavos que allí vivían, le dijeron que no sabían nada de su amo desde hacía horas, algo inusual. Él, sin rendirse regresó a la ciudad y la buscó hasta el anochecer sin resultado, por lo que no le quedó más remedio que volver sin ella. Juró por su vida no descansar hasta encontrarla, traerla de vuelta a su verdadero hogar.

La esclava blanca #Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora