Valeria se abrazó a la columna al notar el fuerte dolor cuando el látigo entró en contacto contra su piel. Su camisón fue rompiéndose con cada golpe, lo que hacía que el dolor fuera más intenso e insoportable. Por fin llegó el final, Blake se cansó de azotarla, de todas formas ya estaba cansado de hacer lo mismo en todo el día. Tiró al suelo con furia su única defensa y estiró nuevamente del cabello de su víctima.
-Tú irás a la cocina. Harás mi comida principalmente. Eso sí, si yo te lo pido doblarás y plancharás mi ropa, harás mi cama y si me place te meterás dentro de ella. ¿Queda claro?.-dijo Blake-
Valeria asintió para no seguir sufriendo a base de palizas. A Blake, aquel movimiento de cabeza lo hizo sonreír con deleite, pensar que podría meter a Valeria en su cama lo hacía sentir satisfecho. Ya tenía un "juguete" con el que divertirse en sus días aburridos y no tan aburridos, en definitiva, forzarla cuando le apeteciera las veces que fueran necesarias.
Los seis primeros meses de estancia durante el año 1749 fueron los peores para todos los esclavos recién llegados a la mansión del cruel hermano de Derek: Todo se basaba en duros castigos por desobedecer, incluso a veces, por caerse al suelo accidentalmente una cosa tan insignificante como una cuchara o un plato. Valeria, ya con dieciocho años, intentaba callar limitándose solamente a observar lo que sucedía sintiéndolo en el alma, pero no podía hacer nada al respecto por librar a todos ellos de un castigo o se los llevaría cargados a la espalda y eso sí era una opción segura de morir. De lo único que siempre se libraba, era de tener que compartir la misma cama con su mayor enemigo, digamos que Helen y ella tenían una serie de situaciones ya ensayadas para cuando él fuera a buscarla. Aún así, Valeria sabía que si seguía allí encarcelada sin poder siquiera salir a tomar el aire, su peor pesadilla acabaría haciéndose realidad y ya no le valdrían las excusas ni los teatros para liberarse de algo que tarde o temprano tendría que pasar.
Una noche, mientras hacía la cena para el amo, encontró en un armario un extraño bote escondido justo al final dentro de unas cajas de cartón. Comprobó que nadie la veía para sacarlo y ver de qué se trataba, lo cogió entre sus manos y lo abrió. El olor que desprendía era muy fuerte, estaba lleno de un polvo amarillento de tacto suave. De pronto, una esclava la sorprendió y le arrebató el bote como si se tratara de algo peligroso.-¿Qué has hecho? ¿Lo has probado?.-preguntó la esclava-
-No, ¿qué es?
-Un veneno muy fuerte.
-¿Veneno? ¿Y qué hacéis con eso aquí?
-No es nuestro. El amo lo esconde ahí desde hace años, nosotros ignoramos tal cosa, fingimos que no lo sabemos.
Valeria sonrió por dentro, ese veneno podría ser una posible vía de escape para ella y para todos los demás. Pensó en utilizarlo algún día no muy lejano para matar a Blake tal como él lo hizo con Derek, algo que ella nunca podría perdonar pero sí vengar. En ese momento recordó que Derek también fue envenenado el día que murió, llegó a la hipótesis de que ese podría ser el mismo veneno que le quitó la vida a su gran amor. El veneno perfecto para una venganza perfecta.
-Prométeme que no dirás nada.-dijo la esclava-
-Tranquila, tienes mi palabra.
-Ni lo utilices... Podría irte la vida en ello si juegas con fuego.
-¿Tan letal es?
-No lo digo por lo letal que pueda ser, sino por contra quien lo utilices. Y ya sabes quién es al que me refiero.
-No soy una asesina.
La esclava confió en su palabra y guardó el bote de veneno entre las cajas de cartón yéndose de la cocina para hacer otras labores en la casa. La única que no confiaba en aquellas palabras era la misma persona que las había dicho, en sí era verdad que no era una asesina, pero eso no significaba que no fuera capaz de serlo, y tal y como estaba la situación en esos momentos, era capaz para matar a Blake.
Al terminar de hacer la cena, sintió deseos de salir un rato y pasear por el jardín durante unos minutos antes de que la descubrieran. Abrió la puerta trasera de la cocina que daba al patio y justo en ese momento entró Blake por el mismo sitio.-¿Dónde ibas?.-preguntó Blake-
-Quería salir un rato a pasear.
-Creía que habían quedado claras las normas de esta casa. Sólo pisarás el jardín de camino al cobertizo para dormir.
-Necesito salir.
-Lo que tú necesites poco importa. Lo que deberías tener en cuenta es lo que necesito yo.
Blake cerró la puerta de la cocina y se acercó tan cerca que podía rozarla.
-¿No me preguntas qué necesito?.
-¿Qué necesitas?.
-A ti, Valeria.
La situación empezaba a ponerse tensa para ella, se encontraba sola sin nadie que la pudiera apartar de él con una excusa que colara. Valeria se echaba hacia atrás para evitar ese acercamiento que la estaba poniendo nerviosa, en cambio, Blake se acercaba.
-Mañana al anochecer te quiero a ti y sólo a ti en mi habitación. No me valdrán las estúpidas escenitas teatrales de siempre. Pasaré a buscarte después de cenar.-dijo él-
Blake le acarició el cuello con suavidad y luego se retiró de allí para irse al comedor y esperar allí su cena. Poco tiempo después apareció Helen de recoger las sábanas tendidas, Valeria la detuvo y le contó lo que le iba a suceder la noche siguiente, le pidió ayuda, un consejo para poder escapar de él. El inconveniente era que las ideas se habían acabado, ya no quedaba nada que la pudiera salvar. Helen le prometió encontrar algo, alguna solución al respecto. Al finalizar la charla, Valeria le sirvió la comida a Blake y finalmente antes de irse a dormir, recogió la cocina junto a unos cinco compañeros más dejándola tan impecable como siempre.
Una vez ya en la cama, intentó cerrar los ojos para dormir sin serle posible el propósito, no dejaba de darle vueltas al tema de Blake, ella no quería compartir la misma cama con él, no con su mayor enemigo, no con la persona que había matado a Derek hace seis meses, muerte que todavía seguía teniendo presente. Comenzó a llorar acordándose de él, de las cosas buenas que habían pasado juntos, de las malas que habían superado, de sus besos, abrazos, caricias... Era imposible olvidar todo el amor que se tenía el uno por el otro. Entre sollozos le pidió que la perdonara por lo que iba a suceder al día siguiente, ella sólo necesitaba estar junto a Derek.
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La esclava blanca #Libro1
RomanceCorre el año 1731, narra la historia de Valeria, una esclava blanca que no conoce otra vida que servir a su amo tras ser vendida por sus propios padres a los diez años de edad, pero un día, la rutina de la joven pasa a ser su peor pesadilla al caer...