Capítulo IX

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Una semana después, Valeria se hallaba en la parte trasera de la casa tendiendo unas cuantas sábanas blancas cuando el relinche de un caballo la hizo detenerse por completo. Caminó hasta la entrada principal donde se encontró a Robert subido en su brillante caballo negro sonriendo al verla aparecer. Él bajó de su caballo y con paso elegante se acercó a Valeria dándole un suave beso en la mano derecha. Él, para ella era un hombre caballeroso y educado con una sonrisa perfecta que le gustaba contemplar pero nada más, en cambio, ella para él era una mujer que lo enamoraba cada vez más cuando sus ojos azules penetraban en su mirada, su perfume, su pelo rojo de ondas...Ella entera.

-¿Se encuentra Derek en casa?.-preguntó Robert-

-No. Ha tenido que salir un momento.

-En ese caso señorita, ¿me permite un paseo por el bosque?.

Valeria le dedicó una sonrisa que en el fondo no le nació de dentro y asintió, creyendo que Robert la pretendería como a todas las mujeres que había logrado poseer. Anduvieron un rato en silencio, ninguno de ellos sabía cómo y de qué manera romperlo, y sinceramente, Valeria tampoco sentía que fuera necesario hacerlo. Finalmente, Robert fue quien comenzó una conversación dispuesto a conquistar el corazón de la joven muchacha. Primeramente, él le preguntó cómo llegó a la casa de los Raven, y qué fue de sus años antes de ser vendida. Ella relató con desagrado la estancia con sus padres sus primeros diez años, hablaba de su soledad en los bosques cazando o persiguiendo mariposas, de sus escapadas junto a Avril y David, los únicos verdaderos amigos que tuvo y que le sabían hacer compañía cuando se encontraba sola, que mayoritariamente era la mayor parte del tiempo. Después dijo, que fue vendida por su propia familia y comprada por un hombre que no la conocía de nada y que había tenido más compasión por ella que los de su propia sangre. Robert escuchaba solícito sus palabras entendiendo cómo se sentía y el dolor que había soportado.

-No me arrepiento de estar aquí. Este es mi hogar y donde me siento de la familia por una vez en mi vida.-dijo Valeria-

-He de reconocer que jamás me he visto en tu situación, no obstante sí te prometo que te entiendo.

-Y te creo. Eso ya forma parte de mi pasado y más que doler, me repugna contarlo.

Dieron marcha atrás y caminaron dirección a la casa, Robert estaba febril por contarle de sus sentimientos hacia ella, ya no soportaba callarse para sí, quiso contárselo y así lo hizo. De pronto, él detuvo sus pasos haciendo así, que los de Valeria también se frenaran. Con clemencia, cogió sus manos mientras la miraba a los ojos y Valeria ya se suponía lo que iba a confesarle, mas estaba dispuesta a ser clara y decirle que ella no sentía nada, y le inquietó la idea de pensar en su reacción cuando le dijera que no, no necesitaba de su amor. Ella evitó mirarle, es más, bajó su mirada unos segundos sintiéndose incómoda hasta que por respeto, sus ojos azules se clavaron en los marrones de Robert.

-Verás Valeria, no suelo ser tan directo con las damas, pero contigo no puedo decir lo mismo. Despertaste algo en mí.

Ella negó con la cabeza, nerviosa, parada sin saber cómo reaccionar.

-Lo siento Robert, yo no soy como todas aquellas que has conseguido llevarte contigo.-respondió al fin-

-¿Es por eso por lo que me rechazas?.

-No. Por lo primero que te rechazo, es porque yo no adquiero el mismo sentimiento que tú. Discúlpame, no debí haberte acompañado.

Valeria caminó a un paso rápido para llegar lo antes posible a casa y librarse de aquella situación tan embarazosa, si ya sabía que se iba a declarar ante ella, ¿por qué demonios accedió a dar tal paseo?. Ella y su manía de ser amable y cortés... En la puerta de casa, fue donde la logró detener al pronunciar su nombre. Se dio la vuelta y Robert se acercó.

-Fui tonto e irrespetuoso, discúlpame tú. No debí haberme quizás ilusionado.-dijo él-

En ese momento, se acercaban por el camino Derek y Noel montados en un caballo blanco y reluciente cada uno, que se quedaron sorprendidos al ver a aquellos dos juntos. Noel fue el primero en bajar y clavar su mirada celosa en la de Robert, el cual le respondió de la misma manera.

-¿Otra vez tú por aquí?.-preguntó Noel en un tono frío y seco-

-Sí. Vine a ver a tu padre y como no estaba, Valeria me hizo compañía.

Noel fijó la vista en la chica y ella por primera vez, notó algo de celos en aquella mirada comenzando a sospechar del amor por ella. Derek se acercó al trío y saludó a Robert con un abrazo sintiendo a la vez, tensión en el ambiente, sobre todo al ver la cara de impotencia de su hijo.

-¿Va todo bien, Noel?.-preguntó Derek-

Noel observó a su padre callado durante un par de segundos antes de decir:

-Nada padre.

El joven miró por última vez a Robert y marchó dentro de casa a un paso veloz mientras todos lo veían sin decir nada. Valeria un tanto confusa se despidió de ambos y se fue a seguir con sus tareas domésticas para después conversar con su mejor amigo seriamente de aquel comportamiento tan extraño. Un rato después, cuando la pelirroja terminó sus labores, corrió rápidamente en busca de Noel, que se encontraba sentado sobre su cama en silencio malhumorado. Sus ojos de furia se fijaron en los de Valeria y se puso en pie frente a ella sin decir nada.

-¿Se puede saber qué te pasa cada vez que viene Robert?.-preguntó ella-

-No lo soporto, eso es todo.

-¿Y ya está?. No tienes motivos para juzgarlo si no le conoces.

-Claro, como tú sí...

-Suenas celoso y no entiendo por qué.

Noel intentó fingir que simplemente no lo soportaba en vez de declarar sus sentimientos.

-No estoy celoso, no me fío de ese hombre porque sus intenciones contigo no son honestas, se lo veo en los ojos.-dijo él-

-Eso lo tengo que ver yo, ¿no crees?.

Se mordió la lengua ante ese comentario para evitar sonar aún más celoso de lo que ya se encontraba.

-Yo sólo quiero que estés bien, que nadie te haga daño. Eres mi mejor amiga y te quiero ver siempre feliz.-dijo Noel-

-Y te lo agradezco. Además, ya te dije que él para mí no significa nada.

-Si es así ya me dejas más tranquilo.

Valeria rió y abrazó a su amigo olvidando su "patética" idea de que Noel la amaba.

La esclava blanca #Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora