Había pasado un par de semanas después y, a decir verdad, todo había marchado con normalidad e incluso con cierta tranquilidad.
Era otro día normal de clases. Dixie salió de su casa y se dirigía camino hacia Kong Kollege. No le había ido nada mal en sus primeras semanas como estudiante, de hecho, en cuanto a las tareas y las clases, ella había estado teniendo buen rendimiento.
Ella iba caminando con tranquilidad a poca distancia de Kong Kollege. Cuando de pronto, una voz conocida la llamó y ella se volteó a mirar, adoptando una expresión de rareza al ver a cierto niño orangután.
—Hola, Dixie —apareció Jemky de repente, portando unas gafas de sol y apoyando una mano contra un árbol.
—¿Y tú qué haces por acá? —lo observó Dixie con sospecha, y se colocó en posición para pelear de ser necesario.
—Oye, tranquila, no quiero pelear —le respondió Jemky con unas pequeñas risas y caminando al lado de ella—. ¿Por qué andas tan sola por aquí? ¿Quieres que te acompañe hasta la escuela? —le dijo con una aparente amabilidad.
—Pues no. ¿Necesitas algo? —le preguntó Dixie con ironía.
—Bueno, yo solo venía a ver a una... linda niña —expresó bajando sus gafas y alzando la mirada. Luego, sacó un ramo de flores y se lo extendió hacia Dixie—. Es decir, tú, Dixie. Traje estas hermosas flores para una hermosa monita.
—¡Ay, ¿es en serio?! —respondió Dixie mirándolo con rareza—. ¿Y a poco para qué traes esas gafas?
—Son para que veas con un estilo diferente a quien tendrás a tus pies, nena —agregó él guiñándole un ojo—. ¿Sabes algo, Dixie? Cuando te vi por primera vez... no pude dejar de pensar en ti —le dijo en un tono dulce mientras seguían caminando—. En serio, eres la niña más hermosa y preciosa que he visto.
Al parecer, aquel niño orangután mostraba cierto interés en Dixie. De hecho, en algunas ocasiones durante esas semanas, él había estado tratando de interactuar con ella, pero Dixie no le iba a tomar importancia, ya que era uno de aquellos niños malos.
—Ah, y espera, te traje otros regalos más —agregó Jemky entregándole las flores de una forma forzosa y sacando de su mochila una caja con dulces—. Tengo estos dulces para que endulces tu corazoncito. Y mira también lo que te traje.
Jemky sacó de su mochila otra caja más pequeña y se la mostró a Dixie, mientras caminaban y ella lo miraba con rareza. Dentro de la caja, había un par de collares brillantes que tenían una apariencia bastante fina.
—Estas joyas también son para ti —le dijo entregándole la caja—. Cuando las rob... Digo, cuando las compré, solo pensé que tú podías hacer que lucieran bonitas —continuó Jemky tomándole de sus cabellos con delicadeza—. Mírate, eres una niña preciosa, veo también que eres fuerte y sabes pelear muy bien. No he visto otra niña que sea tan linda como tú, y...
—¡Sí, sí, gracias, pero me tengo que ir! —interrumpió Dixie devolviéndole todas las cosas, casi lanzándoselas.
Dixie trató de ignorarlo y siguió caminando a pasos más rápidos, pero de inmediato, Jemky se le interpuso de frente.
—Eh, no tan rápido, nena. ¿Qué te parece si salimos alguna vez? Algo... como una cita, ¿eh? —continuó Jemky guiñándole un ojo de nuevo.
—¿Y qué te hace pensar que lo aceptaré? —replicó Dixie cruzando los brazos.
—Una niña linda como tú merece a alguien tan apuesto como yo —expresó con cierto orgullo—. No deberías estar sola, o te podría enamorar un fanfarrón, hay muchos niños malos.
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La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]
FanfictionDespués de su aventura con Donkey en contra del rey K. Rool, Diddy retomaría su vida normal en la Isla DK... excepto por tener que regresar a Kong Kollege, donde es atormentado por un cuarteto de niños bravucones. Por temor a las amenazas de ellos...