Capítulo 60: Eventos Repentinos

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El día siguiente había llegado. Dixie se había quedado a dormir recostada en una de las rocas del mismo rincón cercano al refugio, en donde pasó la noche anterior. Había decidido no dormir esta vez en casa, ya que necesitaba un tiempo a solas para poder desahogarse. Se levantó para ir por unas bananas para comer, y luego regresó al mismo sitio. No tenía ganas de nada, tan solo pensaba en todo lo que había ocurrido el día anterior.

De pronto, escuchó varios pasos cerca. Se trataba de un grupo de los animales que habían sido del circo, caminando alrededor del refugio. Dixie se quedó observándolos por un momento: la mayoría de ellos ya tenían casi todas sus heridas de los entrenamientos del circo sanadas, aparte, se los veía cada vez más con un mejor semblante y una actitud más alegre; aquello le recordó cuando los rescataron de ese zoológico... De pronto, pensó que tal vez de no haber sido por ella y Diddy, quién sabe qué destino hubieran tenido esos animales. Aquel pensamiento logró al menos sacarle una pequeña sonrisa a Dixie... aunque luego, volvió a ponerse triste al regresar al presente.

—¡Eh! ¡Dixie! ¿Qué tal? —exclamó uno de los animales cuando la encontró.

Dixie se quedó quieta por un momento al ser descubierta. De inmediato, intentó cambiar de expresión, pues no quería tener que mostrarse de bajo ánimo. El grupo de animales se dirigió hasta ella y se sorprendieron de encontrarla allí.

—Hola... ¿Cómo están? —les respondió Dixie con una sonrisa débil.

—¿Qué haces por acá tan temprano? —le preguntaron los animales mirándola con extrañeza. Dixie trató de disimular su tristeza, pero por su forma de expresarse, era evidente, y algunos de los animales lo notaron—. Eh... ¿Está todo bien?

—Ahh... Sí, por supuesto... —respondió Dixie tratando de sonreír—. Todo bien...

—¿Segura? —le preguntaron no tan convencidos por la expresión baja que ella mostraba—. ¿Y... ya hablaste con Diddy?

Dixie no pudo evitar volver a mostrarse triste ante la pregunta, lo cual fue muy notorio para el resto.

—Oh, lo siento si fuimos...

—No, no pasa nada, no se preocupen —respondió Dixie tratando de sonreír de nuevo, pero ya no pudo seguir fingiendo que estaba bien—. Es solo que... él y yo ya no tenemos nada.

¡¿Qué?! —exclamaron los animales impactados comenzando a murmurar.

—¡¿Cómo?! Es decir... ¿ya no, definitivamente?

—¡Pero si ustedes dos eran el uno para el otro!

—Es lo que yo pensé —dijo Dixie con una mirada baja—. Pero creo que me equivoqué.

—¿No lograste convencerlo para que creyera en tu palabra?

—Diddy nunca me creyó que todo eso es mentira —respondió Dixie con frustración—. Y ya no sé cómo demostrárselo.

—¡Entonces iremos nosotros a hablar con él! —exclamaron los animales con actitud y el resto se unió—. Te lo traeremos de vuelta, Dixie. ¡Entre todos lo convencere...

—¡No! —interrumpió Dixie mientras recordaba con angustia lo sucedido después—. Olvídenlo... ya no servirá de nada.

—¿Pero por qué? Queremos ayudarlos a que regresen.

—Sí, no pueden estar ustedes dos así y...

—Es que... Ay, solo déjenlo así —respondió Dixie intentando contenerse al recordar también cómo encontró a Diddy junto a Jenny cuando intentó hablar con él—. De verdad les agradezco, pero... no quiero hablar más de esto, lo siento. Y no, en verdad ya no se puede hacer nada.

La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora