La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]

Capítulo 102: Reunión Familiar

Aquel mismo día, Diddy y Dixie descansaron por fin en sus respectivas casas; si bien no habían descansado tan mal cuando estaban en la Isla del Huracán, ahora en sus propias casas se sentían de maravilla, sin más preocupaciones.

En horas de la tarde, Candy y Funky habían ido a visitar a Donkey y a Diddy para poder enterarse mejor de lo sucedido, incluso Cranky y Wrinkly fueron más tarde para preguntarles cómo había sido todo. Esta vez, Diddy lo contaba con más tranquilidad y de forma más rápida. Los de la familia Kong se quedaron también impactados al escuchar todo lo sucedido. Wrinkly, sobre todo, se había quedado impactada al saber sobre los niños del cuarteto de Jemky; ella nunca se imaginó todo lo que vivían y hacían aquellos niños, e incluso le apenó bastante saber que ella tampoco los pudo ayudar a ellos o a Diddy en esa situación. Aun así, ya todo había sucedido, y a Diddy tan solo le quedaba reconocer las consecuencias de no haberlo informado a tiempo.

Los kongs de la familia que habían ido a visitar a casa de Donkey, se quedaron hasta la noche acompañándolos hasta que ya se hiciera más tarde. Incluso, durante las horas del día, habían tenido la visita de Lanky y de Swanky también. Más tarde, les dieron una visita también a Dixie y compañía para saber cómo estaban. Diddy y Dixie volvieron a encontrarse de nuevo... mientras que tanto Donkey como la familia de Dixie los miraban con cierta curiosidad al ya saber sobre su vínculo, pero aun así, y para no presionarlos, trataban de no tocar el tema por el momento, al mismo tiempo que Diddy y Dixie trataban de mantenerse discretos.

Durante las altas horas de la noche, ya estaban todos en sus casas descansando, y Diddy y Dixie no podían estar mejor que nunca disfrutando de unas dignas horas de sueño. Al día siguiente, pudieron también despertar con toda tranquilidad.

En el transcurso del día, la familia Kong volvía a reunirse entre ratos. Y, como ya era de esperarse, algunos otros simios que residían en la Isla DK, ya se habían enterado también de la aparición de Diddy y de Dixie. Los que conocían más de cerca a la familia, preguntaban al respecto por lo sucedido, a lo que ellos les explicaban todo también, aunque de una forma más superficial y resumida.

En la noche de ese día, la familia Kong había quedado en hacer una pequeña celebración por la llegada de Diddy y Dixie. Decidieron hacerla solo entre los doce kongs, y tan solo para compartir el momento. Tanto Diddy como Dixie, incluso el resto de kongs, no podían estar más emocionados de volver a tener una reunión entre toda la manada como no lo hacían hace tiempo.

La celebración la habían hecho cerca de la casa de Funky esta vez, con todos los arreglos y preparativos como siempre, además de un extenso banquete hecho por varios de la familia.

Donkey y Diddy estaban llegando al lugar, en donde ya los estaban esperando los demás. Casi al mismo tiempo, Dixie y su familia también habían llegado y se encontraron justo con Donkey y Diddy.

—¡Hola, amiguitos! ¿Qué tal? —les dijo Donkey saludándolos a los cuatro junto con Diddy.

—¡Hola, Donkey! ¡Hola, Diddy! —respondió cada uno de ellos de la misma forma alegre.

—Ah, ya era hora de que estuviéramos todos juntos otra vez —comentó Donkey sonriéndoles a todos.

—Sí, y mucho mejor ahora que Diddy y Dixie están aquí —agregó Tiny de la misma forma.

Todos se pusieron muy alegres, y luego se dieron unos abrazos entre todos, siendo Diddy y Dixie quienes se dieron un abrazo algo más prolongado que los otros... ganándose unas miradas de curiosidad por parte de los otros, por lo que ambos trataron de actuar con normalidad al separarse, mientras sonreían y se sonrojaban con un poco de timidez al estar frente a sus familias.

—Bueno, ¿qué esperamos entonces? —dijo Donkey tratando de no reírse y disimular la situación—. Vamos donde están todos.

Los seis kongs continuaron caminando hacia la zona de la celebración. Pero en el camino, Diddy y Dixie empezaron a hacerse señas y susurrarse ciertas palabras, mientras señalaban con las miradas a los otros kongs.