Aquella semana se había ido, y Diddy y Dixie estaban en la casa del maestro Pinky. Habían logrado atravesar esa semana sin problemas; no podían dejar de contar el tiempo que les quedaba para ya poder partir hacia la Isla DK como tanto querían. Al mismo tiempo, sabían que les causaría algo el dejar esa isla en donde pasaron momentos tranquilos y felices, como también otros no tan bonitos... y otros que los llevaron a situaciones terribles. Pero después de todo, el regresar a la Isla DK y volver a ver a sus familiares, no podía dejar de ponerlos ansiosos en que llegara el momento.
Ambos se encontraban en el piso de su habitación leyendo unas historietas que el maestro Pinky les había prestado desde el inicio, junto a varias historietas alrededor de ellos en el piso. Durante toda esa semana, ambos se quedaban en casa a descansar por las noches en su habitación mientras leían algo, jugaban juegos de mesa o se ponían a conversar. Aquella era su última noche en ese lugar.
—No entiendo cómo pudo terminar de esa forma —comentó Diddy mientras hojeaba la última página de la historieta que estaban viendo—. Se supone que el gorila ese iba a estar siempre para Súper Kong Mono, ¿no era lo que habían prometido?
—No era su amigo después de todo —agregó Dixie de la misma forma—. Resultó ser un traidor con él y solo quería utilizarlo para cumplir su macabro plan.
—Desde el inicio ese gorila me daba mala espina, ya decía yo que tanta amabilidad en exceso era muy sospechosa y con el fin de obtener algo de él... Rayos, ¿en dónde hemos visto esto antes?
De pronto, la puerta de la habitación sonó, haciendo que ambos se levantaran a abrirla al suponer que era el maestro Pinky.
—¿Sí, maestro? —le dijo Diddy al verlo.
—Eh, muchachos —les respondió el maestro Pinky—, solo venía a preguntarles si ya tienen todo listo para mañana. ¿Se irán por la tarde, no?
—Así es, maestro —respondió Dixie asintiendo con la cabeza—. Y está todo listo, ya dejamos embarcadas suficientes frutas para comer y agua para beber.
—De acuerdo, porque les recuerdo que en una embarcación se llevarán más de uno o dos días enteros en llegar hasta allá, así que asegúrense de llevar bastante comida.
—No se preocupe, maestro —le dijo Diddy—. Llevamos comida hasta de más.
—Eso es bueno —les dijo el maestro sonriéndoles—. Y cierto, otra cosa. Es que les quería pedir un favor para su viaje, solamente... es algo que deben tener mucho cuidado al llevarlo.
—¿En serio? ¿Sobre qué? —le preguntó Dixie mirándolo con un poco de extrañeza.
—Bueno... es para la señora Wrinkly, de hecho —respondió el maestro—. Son unos oficios que mandaron de la comunidad de maestros, y debo enviárselos a ella. Ah, y también hay algo para el señor Cranky, así que asegúrense de que él también lo reciba.
—¿Para Cranky? —preguntó Diddy con unas pequeñas risas—. ¿Y a él por qué?
—Eh, bueno... le enviaron eso a él también —respondió el maestro encogiéndose de hombros—. No tengo idea por qué, pero a algunos profesores les han mandado ese oficio para ellos y sus parejas, así que deben llevarle eso a los dos. Se los guardaré en una caja, pero por favor, solo les quiero pedir que no vayan a abrirla —les dijo haciendo énfasis—. Esos documentos son serios y de suma importancia; deben permanecer intactos hasta que lleguen a su destinatario, ¿de acuerdo?
—Está bien, maestro —respondió Dixie—. Entonces se lo llevaremos, no se preocupe.
—De acuerdo, muchachos —dijo el maestro aún sonriendo. Luego, él sacó de su bolsillo un pequeño objeto antes de mostrárselo a los dos—. Ah, y una última cosa, les quería entregar esto... les va a servir para su viaje.
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La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]
FanfictionDespués de su aventura con Donkey en contra del rey K. Rool, Diddy retomaría su vida normal en la Isla DK... excepto por tener que regresar a Kong Kollege, donde es atormentado por un cuarteto de niños bravucones. Por temor a las amenazas de ellos...