La semana ya casi finalizaba, y al barco se lo veía más avanzado cada día, por lo tanto, era señal de que Diddy y Dixie pronto podrían estar de regreso a la Isla DK, aunque... ellos no lo sentían así, ni siquiera estaban emocionados como deberían. Había algo que a lo mejor no les parecía coherente: sus cuatro amigos les habían dicho a ambos en un principio que el barco sería para llevarlos de regreso a la Isla DK como agradecimiento, pero con las actitudes distantes que tenían ahora con los dos, eso ya no les parecía emocionante, sin mencionar que irían con otro montón de niños kongs con quienes ya ni querían simpatizar.
El grupo de los amigos de Diddy y Dixie estaba en la cubierta del barco, guiando a varios de los niños kong para ajustar las velas y sujetarlas. Luego, llegaron a la escena Diddy y Dixie, quienes llevaban bastante rato sin hacer nada, así que se dirigieron donde sus amigos.
—Oigan, ¿podemos ayudarles con las velas? —les preguntó Diddy a los cuatro.
—No se preocupen, ya lo están haciendo ellos —señaló Mandy hacia arriba donde estaban subidos varios de los niños kongs en los mástiles ajustando las velas.
—Ay, es que queremos hacer algo —insistió Dixie—. Llevamos casi todo el día sin hacer nada.
—Pero no hay nada que puedan hacer por ahora —les replicó Ricky con la misma indiferencia, pero luego trató de disculparse—. Ay, no lo malinterpreten, es que ya casi no hay cosas para hacer.
—Ehh... ¡ya sé! —agregó Mandy mostrándose decidida, a la vez que Diddy y Dixie esperaban alguna tarea significativa—. ¿Por qué no limpian los escombros que hay en los camarotes?
—¿No hay... alguna otra cosa que hacer? —preguntó Dixie, decepcionada de la respuesta—. ¿Ya no hay nada más que sea de armar este barco?
—Sí, pero tranquilos, los demás lo harán —respondió Ricky encogiéndose de hombros antes de retirarse.
Los cuatro continuaron ayudando al resto de kongs, mientras que Diddy y Dixie solo observaban y sentían cada vez más que ambos sobraban en ese lugar. Luego, sin más alternativa, se decidieron por hacer lo que les habían dicho.
—Bien, ¿cuál de los dos eliges? —le preguntó Diddy a Dixie en referencia a los camarotes que había en todo el barco.
—Si quieres yo me encargo del que está acá arriba —respondió Dixie—. Tú ve al de abajo, ¿de acuerdo?
Ambos, aunque de mala gana, se dirigieron a los diferentes camarotes que había en el barco. Dixie se dirigió al que estaba al nivel de la cubierta del barco, en donde dentro de este, había algunos escombros y piezas que habían sobrado, los cuales tuvo que sacar.
Mientras tanto, Diddy bajó por las escaleras internas del barco. Se encargó del camarote que estaba en la parte inferior del barco, debajo de la cubierta. Este estaba también lleno de piezas sobrantes, las cuales tenía que sacar a través de las ventanas; era una tarea que resultaba de lo más fácil, por lo que llegaba a ser aburrida.
El lugar se veía bastante amplio para que pudieran entrar todos los que serían los tripulantes, y Diddy tan solo se imaginaba cómo sería aquel viaje... a pesar de que no tenía mucha emoción. Se le llegó a pasar por su mente que esperar a que el maestro Pinky los llevara a la Isla DK sería una mejor opción, sin importar si tendrían que esperar más tiempo.
Diddy estaba terminando de sacar todos los escombros, cuando de pronto, alcanzó a ver a alguien bajando por las escaleras. Él comenzó a ponerse tenso al percatarse de quién era: nadie más que Jenny... pero esta vez, ella solo lo miró y lo saludó de lejos como si nada, a lo que Diddy le devolvió el gesto y se quedó tranquilo al recordar que al menos ella ni les había hablado tanto durante esa semana. Jenny siguió de largo y se puso a rebuscar algo entre los escombros que quedaban.
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La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]
FanfictionDespués de su aventura con Donkey en contra del rey K. Rool, Diddy retomaría su vida normal en la Isla DK... excepto por tener que regresar a Kong Kollege, donde es atormentado por un cuarteto de niños bravucones. Por temor a las amenazas de ellos...