Capítulo 101: De Nuevo en Casa

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Diddy y Dixie, en sus respectivas casas y a sus respectivos familiares, contaban más detalles de todo lo que vivieron en su inesperada travesía. Se tomaron un buen rato en poder contarlo todo: desde la enemistad que tenía Diddy con el cuarteto de Jemky, el trato con Dixie, las amenazas por parte del cuarteto, el secuestro de Diddy por parte de los domadores, lo que vieron en aquel circo, la fuga de los animales, el naufragio en la Isla del Huracán, el reencuentro con los animales y el maestro Pinky, el inicio del romance entre Diddy y Dixie, su falsa amistad con el cuarteto de Jenny, la construcción del barco, la ruptura de Diddy y Dixie, hasta llegar al descubrimiento del islote con el edificio oculto, el reencuentro con el cuarteto de Jemky y los simios, el descubrimiento de sus malvados planes, los enfrentamientos constantes, el reencuentro con los domadores, el rescate de la manada de niños, el enfrentamiento en el barco en plena tormenta, el enfrentamiento en la avioneta, la derrota de los domadores, los días en aquel hospital, los últimos momentos con el cuarteto de Jemky y sus historias, el regreso a la Isla del Huracán, el rescate del maestro Pinky y los niños kongs, la reconciliación de Diddy y Dixie y finalizando con la llegada a la Isla DK.

Con todo lo que contaban, tanto Donkey como la familia de Dixie se mostraban sumamente asombrados, sobre todo por ver los giros que tomaban todas las cosas. Veían que Diddy y Dixie no estaban equivocados en decir que era mucho lo que tenían para contar.

Por su parte, Dixie se encontraba en el sofá de su casa junto a Chunky, Tiny y Kiddy, quienes estaban sentados en el suelo o al borde del sofá para poder escucharla. Las novedades que ella tenía habían sido bastante interesantes para ellos, puesto que ninguno se esperaba saber que Dixie había vuelto a estar cerca de la banda de simios y de los domadores, mucho menos que estos hayan tenido nexo todo el tiempo, y peor aun, que los cuatro niños bravucones de la escuela eran hijos adoptivos de esos simios; jamás se esperaron que los pudieron haber tenido tan cerca, y que quizás Diddy y Dixie habrían impedido mayores desgracias a futuro con su aventura.

—Entonces... todo acabó —dijo Tiny mirando hacia el suelo mientras se mostraba pensativa luego de escuchar a Dixie—. Ya no vamos a correr ningún peligro...

—Al menos por parte de esos simios e incluso esos domadores... no —respondió Dixie con serenidad.

—No, no, no, Chunky ya no sabe qué pensar —comentó Chunky moviendo la cabeza de un lado a otro y con las manos en la sien.

Tiny y Chunky tenían los ojos con algunas lágrimas, en parte de tristeza por haber recordado su situación, aunque también del asombro y la tranquilidad de saber que se había hecho un ajuste de cuentas por todo lo que les hicieron a sus familias. Dixie, aunque ya se podía mantener un poco más tranquila hablando del tema, también tenía los ojos un poco humedecidos de ver a su hermana y sus primos recién procesando la situación. Kiddy, por su parte, solo se limitaba a escuchar, ya que, al ser aún un infante, no comprendía tanto lo sucedido.

—Entonces por eso fue que esos cazadores malditos querían llevarnos esa vez —agregó Tiny, antes de alzar un poco la voz—. ¡¿Y por qué mamá y papá nunca nos contaron nada?!

—Supongo que fue para no asustarnos y tratar de protegernos —respondió Dixie—. Tampoco lo entendía en un principio.

—¿Entonces... ya era algo que podría pasar? —agregó Tiny con un tono de tristeza—. ¿Esos malditos siempre nos habían querido atrapar? ¡Ayyy, ojalá sí se terminen de pudrir en prisión!

—De hecho, podridos ya están —reafirmó Dixie—. Dijeron que ya no pueden ni levantarse, y que incluso... ya ni vivan por tanto tiempo. Y con los simios pues... podría tranquilizarme que ya no estén, aunque... tampoco sé qué pensar con su historia con esos domadores.

La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora