Capítulo 14: Indecisiones y un Regalo

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La familia Kong solía reunirse a menudo los fines de semana después de unos días laboriosos, y esta ocasión era una de ellas. Era de noche y se encontraban en medio de la jungla, cerca de un lago. Por un lado, estaban los kongs mayores como Donkey, Candy, Funky, Swanky y Lanky; mientras que en otro rincón, estaban los más jóvenes como Diddy, Dixie, Kiddy, Tiny y Chunky, quienes se encontraban jugando un partido de cartas.

Diddy estaba pasando buenos momentos junto a sus amigos como solía suceder cuando se reunían. Mientras jugaban a las cartas, en un descuido de Dixie, Diddy miró las cartas de ella y vio que tenía bastante ventaja para el juego.

—Oigan, ¿qué es eso de allá arriba? —señaló Diddy haciendo que el resto del grupo mirara hacia arriba, y aprovechó la distracción para tomar la carta de Dixie y colocarla en el centro.

—¡Eh, eh, muy gracioso, ¿no?! —exclamó Dixie, quien se dio cuenta de la trampa de Diddy al instante.

—Ay, qué lástima, ya gané —añadió Diddy en tono burlón.

—¡No, esa carta era mía! —replicó Dixie recogiendo la carta que Diddy le robó, pero él se la volvió a quitar. De inmediato, Dixie le aventó las cartas en la cara de él.

—¡Oye! —Diddy, en venganza, le aventó más cartas a Dixie y así comenzó una "guerra" entre ellos dos.

—Oigan, es solo un juego, paren de pelear —comentó Tiny frunciendo el ceño y colocando las manos a los costados.

—¡Él empezó! —replicó Dixie molesta.

—Pues comencemos otra ronda y ¡nada de trampas! —exclamó Chunky calmándolos.

—¡Pero yo no hice trampa! —mintió Diddy aguantándose la risa.

—¡Ah, ¿cómo que no?! —exclamó Dixie mirándolo con enojo.

—Ohh, los dos se aman —murmuró Tiny con unas pequeñas risas.

—¿Qué? —preguntó Diddy, quien por suerte no escuchó bien.

—Nada, dije que ya no peleen —respondió Tiny con unas pequeñas risas, mientras que Dixie se sonrojó un poco y la miraba con furia a su hermana, ya que ella sí había escuchado lo que dijo.

—De acuerdo, de acuerdo —agregó Diddy calmándose—. Juguemos de nuevo, ya no haré nada de trampas.

—Tú no, pero ahora me va a tocar a mí jugar de verdad —le dijo Dixie sonriendo en tono desafiante.

—Sí, sí, ya lo veremos —le respondió Diddy de la misma forma.

Muchas veces, cuando jugaban, a Diddy le gustaba hacer trampa para poner molesta a Dixie a propósito; eran peleas amistosas, claro estaba. En ciertas ocasiones, los demás del grupo solían mirarlos con sospecha en cuanto a sentimientos se refiere, aunque estos dos no solían darse cuenta.

Más tarde, Funky llamó a todos a tomar unos refrescos de frutas que él había preparado, y luego se dispersaron en varios grupos. Era un momento de descanso.

Diddy, por un lado, estaba sentado en una roca él solo, mientras bebía su refresco. Desde ahí, solo podía contemplar a lo lejos a... Dixie. Si bien ahora era su mejor amiga, en el fondo, Diddy sentía mucho más por ella; mucho más allá de su apariencia, de su forma de ser o de su amistad, era algo inexplicable lo que sentía, lo que le gustaba de Dixie era simplemente... ella. Hace ya un buen tiempo, cuando recién la había conocido, ni se imaginaba llegar a sentir algo como eso... Tal vez, ahora iba entendiendo mejor a Donkey cuando este le hablaba de Candy desde sus inicios.

—Diddy —dijo Donkey apareciendo cerca de él, por lo que Diddy se volteó a verlo—. Ven, necesito hablar contigo.

Ambos kongs se fueron a hablar a una esquina, un poco aislados de los demás. Donkey tendría que decirle algo importante a su pequeño sobrino.

La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora