Capítulo 36: Rescate

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Al día siguiente, era más del mediodía cuando Diddy y Dixie se planteaban qué podrían hacer ahora. Esta vez, habían considerado ir a nadar a uno de los lagos de la isla, y así lo decidieron. Durante las últimas semanas, habían estado pasando sus citas en aquellas zonas.

—¡Nos vemos, maestro Pinky! —dijeron Diddy y Dixie mientras bajaban de la casa.

—Hasta luego, niños —les respondió el profesor alegremente mientras arreglaba sus plantas—. Recuerden no aceptar dulces de extraños y no irse a lugares muy lejanos.

Diddy y Dixie se despidieron del profesor, y comenzaron a dirigirse hacia el sitio.

—Veamos quién llega primero —le dijo Diddy a Dixie con una mirada desafiante, antes de salir corriendo.

—¡No si yo llego antes! —exclamó Dixie tratando de alcanzarlo.

Los dos kongs comenzaron a competir por quién llegaba más rápido. Era uno de sus juegos favoritos que solían realizar con frecuencia desde hace mucho tiempo.

Pasaron varios minutos corriendo, empujándose entre los árboles y balanceándose por las lianas. Aquello les recordaba mucho a la Isla DK y querían sentirse como si estuvieran ahí.

—¡No puedes ganarme! —le dijo Diddy a Dixie en tono burlón mientras llevaba la delantera.

—¡Eso es lo que tú crees! —respondió Dixie en el mismo tono y acelerando más... Hasta que en un momento, se detuvo de una forma repentina—. ¡Espera, espera, espera!

—¿Eh? ¿Qué sucede? —preguntó Diddy deteniéndose también.

De pronto, mientras continuaban con su juego competitivo, comenzaron a oír unos extraños sonidos que los detuvo a los dos por completo.

—¿Qué es ese ruido? —preguntó Diddy mirando alrededor.

—Se oyen como unos... ¿gritos? —especuló Dixie tratando de identificar aquellos sonidos hasta localizar de dónde provenían—. Creo que vienen de allá.

Ambos comenzaron a seguir aquellos ruidos que se escuchaban cada vez más fuertes. No le iban a dar tanta importancia en un principio, pero cuanto más iban aproximándose, los gritos se oían más desgarradores... como si provinieran de algunos individuos en peligro.

"¡AYUDAAAAA!" se comenzó a oír con claridad.

—¡Parece que alguien está en problemas! ¡Vamos! —exclamó Diddy señalando hacia donde se oían aquellos gritos.

Diddy y Dixie continuaron buscando de dónde provenían los gritos de auxilio que, al parecer no era de uno, sino de algunos seres que pedían ayuda de forma desesperada. De hecho, aquellas voces parecían sonar algo agudas como si vinieran de unos seres pequeños.

—¡Diddy, mira! —señaló Dixie hacia una dirección no tan lejana.

De pronto, se percataron de dónde venían los gritos: en medio de unos árboles, se hallaba una red colgante que estaba atada a unas sogas en las ramas de los árboles que terminaban en unas estacas clavadas en el suelo. Dentro de esa red, se hallaban lo que parecían ser unos niños kongs... Estos gritaban con desesperación y forcejeaban con sus extremidades por salir de ahí. Diddy y Dixie se dirigieron de inmediato hacia el punto donde ellos estaban.

—¡Miren, unos monos! ¡Por aquí! —exclamó de pronto uno de los niños que se hallaban dentro de la red, al percatarse de Diddy y Dixie—. ¡Ayúdennos, por favor!

—¡No se preocupen, los ayudaremos! —exclamó Dixie tratando de calmarlos.

—¡¿Cómo los sacamos a todos?! —preguntó Diddy.

La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora