Una semana después, todo había continuado con normalidad. Diddy y Dixie habían tenido días tranquilos, de hecho, no habían tenido días así desde sus primeras semanas en esa isla. Ya no tenían a sus cuatro ex amigos con quienes salían y jugaban a diario, pero luego de todas las discordias que tuvieron con ellos, ya no los extrañaban tanto; a pesar de que sí se habían reencontrado por casualidad con ellos un par de veces, tan solo los saludaban pero nada más, como si solo fueran unos conocidos. Así mismo, ya no había ningún barco que construir. Tan solo eran días de esperar a que llegara el momento en que ya pudieran regresar a la Isla DK. Incluso, durante esa semana, Dixie había enviado un par de cartas más a la Isla DK, aun si no estaba segura de que obtendría una respuesta. Diddy, por su parte, no hizo lo mismo, ya que prefería mejor esperar una primera respuesta de que las cartas llegaran.
Diddy y Dixie aún esperaban al maestro Pinky; a cada hora del día se asomaban afuera de la casa por si lo veían llegar, pero él aún no daba señales. Ambos se preguntaban qué tanto tendría que hacer él en la escuela a la que había ido, ya que era más de una semana que llevaba fuera de casa.
—¿Cuándo es que vendrá? —se preguntó Diddy mientras estaba asomado por la ventana de su habitación.
—¿Qué tanto tendrá que hacer por allá? —dijo Dixie mientras leía una revista, balanceándose en la hamaca—. ¿Y si lo vamos a buscar?
—¿Acaso te quieres perder en otra isla? —respondió Diddy extrañado.
—Solo bromeaba, claro que no —dijo Dixie entre pequeñas risas, antes de volver a estar seria—. ¿Y si le enviamos una carta para preguntarle si sigue bien?
—No estaría mal, podríamos intentarlo. Aunque no sabemos todavía si las cartas llegan.
—Hasta la isla donde fue él sí han de llegar. Si quieres puedo enviársela yo; más tarde iré a enviar otra carta a la Isla DK.
—¿Otra vez? —le preguntó Diddy sonriendo con una mirada de extrañeza—. Ya has ido a enviar dos más en estos días, pero aún no nos dicen si llegan o no hasta allá.
—Pues por eso mismo, por si no llegan. Hay que hacer varios intentos.
—De acuerdo. A ver si esos peces espada pueden llegar hasta Isla DK como nos dijeron —agregó Diddy encogiéndose de hombros—. En fin, tal vez haya que esperar un par de días más al maestro Pinky.
—Oye, y ya es más de medio día, vayamos por unas bananas o algo para almorzar.
Diddy asintió y ambos salieron de casa a buscar comida después; aquello era otra cosa que habían tenido que hacer por su cuenta durante la última semana que no estaba el maestro Pinky presente, a pesar de que también extrañaban las comidas especiales que él preparaba, sobre todo en los fines de semana.
Diddy y Dixie estaban sentados en una de las ramas de un árbol, comiendo unas cuantas bananas como almuerzo. Cuando de pronto, un pequeño grupo de los animales que eran del circo, conformados por una cebra, un gorila y un elefante, llegó y los llamó.
—¡Eh! ¡Diddy! ¡Dixie! —los llamaron los animales.
Diddy y Dixie se voltearon de inmediato y se sorprendieron de verlos a ellos buscándolos, puesto que no era muy habitual que lo hicieran fuera del refugio. Ambos bajaron para hablarles y pensarían que les tendrían algo bueno que decir... de no ser por las caras que ellos traían.
—¡Hola! ¿Sucede algo? —les preguntó Diddy.
A los animales se los veía con unas caras de preocupación como si no tuvieran algo bueno que decirles, lo cual comenzó a levantar dudas sobre Diddy y Dixie.
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La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]
FanficDespués de su aventura con Donkey en contra del rey K. Rool, Diddy retomaría su vida normal en la Isla DK... excepto por tener que regresar a Kong Kollege, donde es atormentado por un cuarteto de niños bravucones. Por temor a las amenazas de ellos...