El día siguiente había llegado, así que Diddy y Dixie estaban preparándose para empezar. A decir verdad, no tenían tantos ánimos para ir a seguir trabajando en aquella embarcación, e incluso habían considerado no ir. Pero de todas formas, decidieron continuar.
Suponían que el maestro Pinky ya habría llegado durante la madrugada. Subieron de nuevo hasta su casa, echaron un vistazo por la ventana, pero para su sorpresa... no se veía rastro de que él estuviera ahí, y la puerta continuaba asegurada. Incluso se podían ver todas sus cosas de la casa intactas, tal como las habían visto la noche anterior.
—¿No ha llegado? —dijo Dixie con preocupación.
—Parece que no —respondió Diddy en el mismo tono—. ¿No será que lo han secuestrado?... ¿O el huracán sí pasó por el camino que él recorrió?
—Espero que no, o a lo mejor se tuvo que quedar por allá más tiempo —dijo Dixie intentando mantener la calma—. Aunque él no nos dijo nada.
Ambos ya se estaban preocupando bastante, ya que el maestro Pinky jamás se había ido así, pero aún querían pensar que ya regresaría y solo había tenido un percance en el lugar al que fue, por lo que tardaría un poco más.
Diddy y Dixie se fueron de la casa, teniendo aún la esperanza de que encontrarían al maestro Pinky cuando regresaran. Ambos tenían mucha hambre, así que pasaron buscando algo de bananas entre los árboles. Tenían algo de tiempo que no conseguían comida de manera autónoma.
Luego, se dirigieron, aunque de mala gana, al sitio donde estaban construyendo el barco. Después de todo, no podían desperdiciar todo el trabajo que habían hecho, a pesar de que las cosas no anduvieran tan bien con sus cuatro amigos. Aparte, ellos les habían prometido ayudarlos a regresar a la Isla DK, algo que ambos tanto habían querido desde que estaban en el circo.
Llegaron al lugar de construcción y se encontraron con Ricky y Melvyn, quienes los saludaron con una aparente normalidad esta vez.
—¡Eh, ¿qué tal, amigos?! —los saludó Ricky sonriéndoles... De hecho, lo hizo como solía hacerlo antes. Diddy y Dixie los saludaron también—. ¿Saben una cosa? ¡Ya vamos a terminar nuestro barco!
—Sí, ya solo le faltan unas pequeñas piezas, unos ajustes y ¡listo! —agregó Melvyn mostrándose emocionado.
—¿En serio? —respondió Diddy con una sonrisa forzada—. Qué bueno.
—Así es —agregó Ricky manteniendo la emoción—. Y eso significa que ustedes ¡pronto estarán de vuelta en su isla!
—Y a ustedes los iremos a dejar primero en nuestro viaje —les dijo Melvyn con alegría—. Este viaje es especialmente para nuestros mejores amigos que hemos tenido —agregó dándoles unos pequeños empujones de emoción a Diddy y a Dixie.
Ambos les sonrieron ante el gesto, aunque en el fondo no se sentían igual de emocionados que ellos... y tampoco estaban demasiado contentos con la etiqueta de "mejores amigos que han tenido".
—¿Qué esperan? Vamos a terminar con el barco —les dijo Ricky invitándolos.
—Oigan... ¿pero esta vez nosotros sí haremos algo, verdad? —les preguntó Diddy de brazos cruzados.
—Pues sí, ¿por qué no? —respondió Ricky mirándolos con extrañeza antes de captar lo dicho—. Ay, oigan, no los hemos estado excluyendo, ¿por qué siguen insinuándonos eso?
—Sí, ¿de dónde sacan esas cosas? —agregó Melvyn de la misma forma—. Somos sus amigos, ¿cómo podríamos ignorarlos?
—Pues... no sé si lo habrán notado —respondió Dixie encogiéndose de hombros—, pero ustedes han estado muy raros con nosotros esta semana.
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La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]
FanfictionDespués de su aventura con Donkey en contra del rey K. Rool, Diddy retomaría su vida normal en la Isla DK... excepto por tener que regresar a Kong Kollege, donde es atormentado por un cuarteto de niños bravucones. Por temor a las amenazas de ellos...