Georgia.
—Si quieres irte, solo dime.
Asiento y entrelazo mi brazo con el suyo para adentrarnos al enorme salón, donde celebrarán una de sus más grandes inversiones de este año. Entre todas las personas que se encuentran aquí, puedo reconocer a Charles, quien habla y coquetea con una castaña, cerca de Dean y mi hermano, Franco. Camila sostiene una conversación con un sujeto que no reconozco.
La idea de venir aquí no me molestaba, incluso si tenía que vestir con este vestido repleto de diamantes. Es hermoso, pero al tenerlo puesto siento que vienen a mi mente recuerdos de aquel día, mi cumpleaños.
El vestido es una prenda cómoda, se ajusta a mis pechos con un hermoso encaje, dejando un escote disimulado y atractivo. Cae suelto como una hermosa falda bordada en diamantes. Tiene una abertura en mi pierna derecha y de ésta se ajusta un liguero precioso. Me hace sentir la protagonista del lugar, llevándome todas las miradas y es que, aunque todos vistan de gala y tengan sus mejores trajes costosos, este se lleva el premio mayor. John me acompaña con un ajustado traje gris, algo no muy común de él, pero el color hace juego con mi vestido y se ve increíblemente sexy. Tiene el cabello perfectamente peinado hacia atrás y una sombra de barba que apenas y se nota.
Mi hermano es el primero en notar mi presencia. Con su mala educación se aleja de Dean y el otro sujeto sin despedirse, y se acerca a mí en grandes zancadas. Se ve aliviado, al verme inmediatamente suspira y no duda en besarme ambas manos en cuanto está frente a mí.
—¿Como te encuentras?
—Bien. Gracias por quedarte estos días.
—Papá no quiere verme. Así que me quedaré otras dos semanas.
—Le mentiste. Y a mí también.
Rueda los ojos.
—No estoy solo en este paquete.
—Como sea. Ya no importa.
—¿No te ordené algo para Dean? —pregunta mi esposo, con cara de pocos amigos.
—Se negó. Y no iba a rogarle.
Maldice entre dientes y me mira.
—No te acerques a Dean.
Toma mi mano y me lleva con él a donde se encuentra Charles. Él sostiene una copa en su mano, en la otra un cigarrillo que esconde cuando ve a mi esposo. Tiene apresada a una castaña, le sonríe y la mantiene como si fuera su presa. Ella lo escucha y lo mira con odio y hasta ahora comprendo la situación. John bufa al verlos y toma a Charles del brazo para alejarlo de la Joven.
—¿Que estás haciendo, Charles?
—Solo hablaba con Kira. Nada más.
—Déjame en paz, Charles —ella intenta empujarlo para irse, pero él se niega y le obstruye el paso.
—No te irás hasta que respondas mi pregunta —le susurra, pero alcanzo a escuchar.
Ella tiene miedo, se ve en sus ojos. También la manera en cómo empuña sus manos en la tela del vestido rosa pastel. Miro a Charles para ayudar a que mi curiosidad se aclare y solo veo a un hombre enojado, intentando no irse sobre la chica que lo mira como si fuera su peor enemigo.
—Kira. Habla ya.
—No tienes ningún derecho sobre mí, Charles —John y yo compartimos una mirada disimulada—. Déjame en paz.
—Si es lo que quieres, bien. No seguiré cayendo en tu puto juego una vez más.
Nos da la espalda e insto a mi esposo que lo siga.

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Dulce Enigma
RomanceDulce Enigma cuenta la historia de una estudiante de medicina y un empresario magnate. Ella decide estudiar su último año de medicina en Londres, sin saber que la estadía en ésta ciudad cambiará su vida para siempre. John Conner en un empresario mi...