Capítulo 18

4.9K 348 108
                                        

Georgia.

El otro lado de la cama está vacío. John se ha ido, probablemente a desayunar. Me estiro en la cama y salgo de ella para darme una ducha rápida. Mi reflejo en el espejo da vergüenza. Madre mía.

Mis ojeras se notan mucho, y mi cansancio. Aún cuando he dormido las horas necesarias, siento que no es suficiente. Estoy pensando eso de abandonar mi carrera estos meses hasta que nuestro bebé nazca.

Me visto con ropa deportiva y bajo al comedor, donde me espera Jack con mi desayuno caliente y listo. No veo a John por ninguna parte, así que me siento y le pido compañía a Jack.

—¿Donde está Conner? —pregunto.

—Ha tenido una emergencia en la empresa. Nada grave, pero salió en horas de la madrugada.

—¿Seguro que no es malo?

—No creo, aunque Dylan se ha ido con él.

Sonrío.

—Estoy sola. Que alivio.

—Así es. ¿Harás algo?

—Saldré a trotar. En unas horas estaré aquí de nuevo, veré si puedo visitar la empresa.

—Vale. Primero termina tu desayuno. Y no olvides las vitaminas, es necesario.

—¿Te lo ha ordenado John?

Ríe, llevándose una mora a la boca.

—No, querida. Cuando mi hijo estaba en el vientre de su mamá, mi esposo y yo aprendimos mucho sobre el cuidado de una embarazada. Ella estuvo con nosotros los nueve meses y aprendí cosas.

Vaya.

Sabía que Jack tenía familia, pero nunca había preguntado al respecto. Ha de ser maravillosa, fue planeada desde el inicio ya que buscó un vientre alquilado. Qué bonito que una relación sea así, tan unida.

Eso me da curiosidad. Siempre que hablo con Jack, es sobre mí. No sé nada de él y quiero sacar el tema, quizá se me quite un poco el dolor de cabeza.

—¿Como es tu familia?

—Genial —sonríe con orgullo—. Mi pequeño hijo es muy educado. Y mi esposo también lo es. No tengo quejas.

—Estoy muy feliz por ti —tomo su mano y le doy un apretón—. Eres muy especial para mí.

—Lo sé, querida. Tú también lo eres para mí.

—¿Y quieres a John?

—Por supuesto. He trabajado para él por muchos años. Le conozco lo suficiente para decir que es un buen hombre. Y también un buen padre.

—¿Has hablado con él respecto a mi embarazo?

La duda me carcome. Lo he visto interesado, pero quisiera saber si este tema lo ha hablado con Jack, ya que es su asistente personal, casi su mejor amigo. Quisiera saber qué piensa John.

Conmigo es algo dulce, pero rudo a la vez. Intenta esforzarse. Quiero saber si es porque estoy embarazada o porque ha sufrido algo en el pasado y no quiere revivirlo. No conozco a su familia, por eso no puedo deducir nada. Quien sí lo conoce es mi querido Jack.

—No —diluye mis esperanzas—. Pero ha estado al pendiente de ti. Siendo un hombre tan reservado y con tantos problemas del pasado, no ha sido capaz de meterte en eso.

—Tienes razón. ¿Como es su papá con él?

—Es un buen padre económicamente. Le ha dado todo lo que ha podido desde niño, pero la palabra amor no cabe en su cabeza hueca. Es un hombre serio y no sabe lo que significa tener empatía. Y su mamá es... muy dulce.

Dulce EnigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora