Georgia.
Con ayuda de Dean se me ha hecho más fácil preparar las magdalenas, él es quien hace la mezcla y yo preparo el chocolate, la mermelada de fresa y la crema para la decoración. La verdad es que Elena no tiene la mínima idea que hacemos esto por ella, piensa que hoy Dean y yo estamos en el orfanato, así que debemos darnos prisa para llevar todo al salón de eventos y planear una huida con ella. Es su cumpleaños y por ser una de mis mejores amigas, merece esto y más.
—Nunca había hecho magdalenas, y de esta manera definitivamente no —murmura Dean, vertiendo la mezcla—. Espero no arruinarlo.
—Quedaron muy bien, no te preocupes. La primera vez que yo las hice, mamá quiso asesinarme por arruinar su cocina.
Ambos reinos, eso parece aliviarlo.
—¿Como son tus padres? Me refiero a como son contigo. No conozco muy bien a Ángela, pero se me hace muy difícil creer que Álvaro sea tan... blando.
—Mis padres son increíbles. Mi madre siempre ha estado para mí y mi padre igual.
—¿Y tus hermanos?
—Bueno... Chiara es la mayor, siempre hemos tenido una gran relación, Franco solo existe, porque es como una roca viviente y Gabriel es un poco raro. Aún así los quiero. Me llevo mejor con Chiara.
—Vaya. Había escuchado...
—Amaneciste cotilla —le dice John desde su puesto, sin mirarlo. Está concentrado en su laptop.
—Déjalo, John. Está bien.
—Tiene razón, aveces pregunto de más. Déjame probar la mermelada.
Le doy el boll y prueba, cierra los ojos del gusto y sonríe.
—¿Y? ¿Qué tal?
—Vaya está muy bueno.
Miro a John para ofrecerle y ya me estaba mirando con recelo. Entrecierra los ojos y vuelve a lo suyo. Está a la defensiva por si Dean hace cualquier movimiento en falso.
—Pruébalo John —insiste Dean.
—No como porquerías.
Ruedo los ojos.
—Ni siquiera sabes cómo ha quedado.
—Pero puedo imaginarlo. Sabes que odio el dulce, Georgia.
Me acerco, y me meto entre sus piernas. Él por inercia me abraza y me da una mirada de soslayo. Hace también una mueca de desaprobación, sin ocultarle a Dean su desagrado de que esté aquí. Sabe que no puedo darle la razón, ya que, aunque a él no le importe ni un poco Elena, a mí sí y no voy a permitir que nos arruine la sorpresa. Hace unos días le he pedido mas respeto a mi vida privada, para que las cosas sigan bien entre ambos necesito que John no esté afixiandome con sus celos. Lo que mi hermana me ha dicho tambien ayudó en eso, necesito que haya confianza para que esto funcione. Así que debe respetar mi amistad con Dean, porque aunque no le agrade, a mí sí.
—Necesito que dejes de odiar a Dean —susurro solo para los dos.
—Yo no lo odio.
Entrecierro los ojos.
—Sí lo odias.
—Quiere follarte.
—¡Cállate! —golpeo su hombro—. Eres un grosero.
—Y sí se sigue insinuando —lo mira de reojo—. Lo mato.
Genial. Ahora vamos de mal en peor.
—Seguiré con las magdalenas. Tú termina lo que sea que estás haciendo.

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Dulce Enigma
RomanceDulce Enigma cuenta la historia de una estudiante de medicina y un empresario magnate. Ella decide estudiar su último año de medicina en Londres, sin saber que la estadía en ésta ciudad cambiará su vida para siempre. John Conner en un empresario mi...