Dulce Enigma

Capítulo 35

Georgia.

Han pasado apenas cuatro semanas desde el nacimiento de mi hija, y todo fue un cambio muy rápido. De hecho la relación entre John y yo dio un giro muy inesperado. Nunca pensé que me sentiría tan confiada y tranquila a su lado desde el momento en que supe que estaba embarazada. Ahora que sé sus intensiones y su última confesión, siento que todo está marchando bien. Desde el día que nació Victoria ha cancelado todos sus trabajos, citas y reuniones, no quiere salir de casa. Y, aunque no se muestra como me gustaría, intento sonsacarlo, ya que aún le cuesta trabajo mostrar su lado vulnerable por completo, o al menos no quiere  mostrarlo en publico. Quiere verse rudo y mantener su lado frio y cruel. He visto lo suficiente como para saber que todo es una fachada suya, lo confirmo ahora mismo mientras lo veo dormir sereno, con Victoria también durmiendo sobre su pecho. Lo ha hecho los últimos días, duerme con mi pequeña hija por horas y se niega a dejarla en su cuna como debería ser. Y es que apenas tiene dos semanas con nosotros y ya la ha consentido sin parar.

Por otro lado, la situación con Pablo ha empeorado. No tenía la mínima idea de que él sería quien se encargara de mi cuidado, mamá y papá fueron quienes lo han contratado para que yo tuviera un doctor exclusivo estos primeros meses. John está en total desacuerdo, de hecho desde el día uno se ha encargado de hacerle la vida imposible al doctor, dejando la familia por lo más bajo. Recordar el último encuentro me pone la piel de gallina. John sosteniendo las solapas de Pablo, mientras éste sólo intentaba defenderse y aclarar la situación. Es terrible, mi esposo no quiere que Pablo se acerque a mí, y mucho menos a Victoria. Desearía tener esa valentía para poder enfrentar de ese modo a Jessica, quien en los últimos días sólo ha sido una piedra en el camino, dejando mensajes ridículos al móvil de mi esposo, también enviando correos con información que nadie necesita. Yo intento no darle vueltas a ese asunto, ya que ella solo quiere molestar mi familia, sin embargo se me ha hecho molesto el hecho de tener que lidiar con ella estás dos semanas. No tiene remedio, y yo no tengo las fuerzas suficiente para rebajarme a un nivel como el suyo.

Mantendré mi postura mientras pueda, pero puedo asegurar que sí Jessica sigue escarbando mi paciencia, haré uso de mi poder y ya no seré dulce con ella. Le he permitido e acceso a la empresa, también que Charles le ayude con su estúpida campaña y cree que por eso voy a dejarla sobrepasar los límites, de hecho no voy a tolerar otra falta.

Tomo una gran bocanada de aire y me siento en la orilla de la cama. No voy a estresarme de nuevo.

Aunque ahora mismo estoy sana y activa, no puedo dejarme llevar por esos pensamientos impulsivos. Me deshago del camisón, también de mi ropa interior y camino hacia el espejo de cuerpo completo. No esperé este resultado cuando mamá dijo que tendría un cuerpo diferente por unos meses, de hecho creí que sería deforme. Pero... lo que veo es totalmente hermoso y normal, la cicatriz en mi vientre bajo, solo me recuerda lo valiente que fui, y es que aunque no pude tener un parto natural, lo intenté. Aún veo un gran bulto que con los días ha disminuido, también veo algunas estrías que dejó mi gran vientre, sin embargo no es algo que me quite el sueño. Mis pies ya no están inflamados y es un alivio que el dolor también esté desapareciendo, aunque no por completo. Mi rostro sí se ve demacrado, las pocas horas de sueño son realmente notables, al ugual que mi cabello desordenado por el poco tiempo que tengo para mí. Cuando no estoy cuidando de Victoria, me encuentro terminando trabajos que dejé pendiente mis últimos meses de embarazo.

El organato va de maravilla, los niños ahora mismo no tienen ninguna carencia y cada vez tenemos más en la lista. Muchos de ellos han sido adoptados, y los que aún no, están en un proceso de aprendizaje. El refugio de animales también ha sido un éxito gracias a Dean y es que ese hombre ha puesto todo de él para ese gran proyecto.

Mi móvil timbra sobre el buró y me apresuro a tomarlo, en cuanto veo el nombre de mi hermana brillar sobre la pantalla, ruedo los ojos. No ha parado de llamar desde que llegó a Londres, y agradezco que ya esté aquí, porque el día que Victoria nació, ella recibió una llamada de emergencia en Madrid por lo cual tuvo que irse. Ahora que está aquí, podré tener una larga y cómoda conversación con ella.