Georgia.
No puedo describir la cara de papá, es una mezcla de ira y decepción. Está sentado a mi lado, su rostro refleja la impotencia y fastidio. No hay nada que me salve de esto, de su escarmiento. Mamá nos ha dejado solos, luego de hablar conmigo un corto tiempo. No estaba tan molesta como había pensado, solo me ha dicho que puedo contar con ella y que no me deje intimidar de John. Prometió hacer lo posible por visitarme más seguido y que hablaría con Franco. John está en su despacho y Heiner ha salido de aquí con mi hermana. Estamos papi y yo.
Jugueteo con mi cabello, esperando que prosiga hablar, pero no lo hace. Me observa y parece que está intentando asimilar todo. Yo lo entiendo, aún no puedo creer que tenga en mi vientre un bebé cuando no llevo aquí ni dos meses.
Todo pasó tan rápido y no sé porqué tengo la sensación de que apenas está comenzando.
—Hija, no quería esto para ti. Si tu madre y yo estamos enojados es porque nos preocupamos por ti. Tienes veintidós años, una carrera por delante, eres joven y hermosa. Y no te culpo de nada, solo no me gusta que te veas obligada hacer cosas que no quieres. Yo... no te juzgo, ¿vale? Ángela y yo pasamos por algo similar cuando tú venías en camino. Pero no queríamos que esa historia cobrara vida contigo y Chiara. Se merecen lo mejor, no un hombre, no un bebé —toma mi mentón y me obliga a mirarlo—. John no te ama, tú no lo amas a él. Esto solo traerá problemas familiares.
—Ya está hecho —susurro—. No puedo regresar el tiempo.
—Está bien —me lleva contra él, me abraza fuerte y besa mi sien—. No puedes regresar el tiempo, pero puedes cambiar un poco el futuro. John me ha contado sobre el acta de matrimonio. No estás obligada a quedarte aquí, puedes irte conmigo si es lo que necesitas.
Niego.
Es lo que necesito yo, ¿pero qué hay del bebé? No es justo. No puede pagar por las acciones de sus padres. Ser egoísta no es la mejor opción ahora.
John no es la mejor persona del mundo, tiene un carácter de mierda y no estoy segura si podré con esto. Pero tendré un hijo de él, y ahora las decisiones ellas tomamos ambos.
—No te preocupes, papi. Aquí estoy bien. Lo siento.
—No me pidas perdón. Ya eres una mujer, no puedo obligarte. Me has decepcionado, pero podemos lidiar con eso, ¿vale?
—Y John...
—No puedo decir lo mismo de él. Pero ya me las arreglaré yo.
—Vale. Solo quiero descansar.
—Nosotros nos quedaremos en casa de Dean. No quiero ver a John por unos cincuenta años.
Asiento.
—Cuídate —beso su mejilla y se levanta del sofá.
—Puedo llevarte en brazos si quieres.
—Papá, estoy embarazada, no paralitica. Y no se alteren, tengo unas dos o tres semanas, ni siquiera es un bebé aún.
—Confío en que todo estará bien —no sonríe, ni me mira como suele hacerlo. Se ve cansado e irritado—. Estaré aquí muy pronto.
—¿Que hay de Franco?
—Hablaré con él.
Asiento.
—Te amo.
—Yo te amo mucho más.
Y con eso, sale sin decir algo más. Mi corazón se siente más aliviado, por un momento pensé que me diría un sermón. Pero tiene razón, no soy una adolescente, debo hacerme cargo de mis actos y lidiar con ellos.
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Dulce Enigma
RomanceDulce Enigma cuenta la historia de una estudiante de medicina y un empresario magnate. Ella decide estudiar su último año de medicina en Londres, sin saber que la estadía en ésta ciudad cambiará su vida para siempre. John Conner en un empresario mi...