Capítulo 1

5.9K 296 167
                                        

Georgia.

Londres. Joder, Londres ha sido mi sueño de toda la vida, desde niña siempre soñé con vivir ahí. Anhelar eso a esta altura de mi vida, es algo imposible, ya que convencer a mi padre ha sido cosa difícil. Le he llorado, rogado y no he obtenido su consentimiento. Se niega a que viva sola en una ciudad como esa, aún cuando tengo veintitrés años.

Mi carrera universitaria aquí en España no es lo que yo quiero, no es como lo pintan. Solo quiero ejercer mi carrera en Londres, empezar de cero y comenzar mi vida independiente. Pero claro, tengo dos obstáculos...

—Georgia, no insistas. He dicho que no.

¡Madre mía! Papá es imposible.

—Papá, por favor —le ruego—. Todos están de acuerdo en la decisión que he tomado.

—¿Quien está de acuerdo? ¿Chiara? ¿Franco? ¿Gabriel? ¿Camila? Ellos no saben nada, todos son una manada de ineptos que solo piensan en ellos. Termina tu carrera aquí, ya luego pensaremos en tu...

—¡Es injusto! —pataleo—. Es injusto que quieras gobernar mi vida como si yo fuera una cría. Tengo la edad suficiente para vivir sola en otro país, solo te pido que hagas los trámites con los abogados para la universidad.

—Georgia, yo solo quiero que estés bien —se levanta para acercarse—. Eres mi pequeña, no quiero imaginarte sola en otro país, donde hay peligro y personas malas.

—Me estás subestimando —musito cuando acaricia mi mejilla—. Sabes que soy capaz de muchas cosas, sola puedo lograr lo que quiero.

—Eres mi bebé. No quiero que estés lejos de casa.

Me abraza y lo alejo. Entiendo su punto, yo tampoco quiero alejarme de él, ni de mi madre y hermanos, pero también quiero buscar mi felicidad y solo puedo encontrarla en Londres. Tampoco será una despedida para siempre, estaremos en contacto y buscaré las maneras de hablar con ellos.

No quiero ser una doctora más en España. Quiero que mi trabajo sea bien reconocido en Londres. Ser una de las mejores y ejercer mi profesión como me apasiona.

No acepto el egoísmo de papá. Suele ser un hombre tan exasperante cuando se trata de sus hijos, que piensa que hace lo correcto cuando en realidad nos está asfixiando.

Odio sentir que dependo de ellos, de mis padres. Si solo me dejaran independizarme y aprender más sobre la vida, disfrutar un poco mi juventud y tal vez así ser feliz. Y, no es que no lo sea aquí. Es decir, tengo la mejor familia, sin embargo no es suficiente.

¿Como podría ser suficiente? Siempre es la misma rutina. Quiero, necesito una vida nueva.

Bufo internamente.

—Papi, por favor. Solo te pido que me ayudes. Tú siempre dices que mi felicidad es primordial, entonces ayúdame. De otra manera me iré por mi cuenta, así deba dormir en...

—No lo digas —pide entre dientes—. No me amenaces, Georgia.

—No quiero enfadarme contigo.

Suelta una bocanada de aire, sin dejar de masajear su sien. Eso es buena señal, quiere decir que está apunto de ceder y yo estoy dispuesta a escucharlo.

—Vale, tengo una opción que puede servir. No quiero que te vayas sola a una ciudad la cual conoces muy poco, y creo que puedo ceder, aunque no me terminas de convencer esto —me mira con preocupación, tensando los brazos—. No quiero que pienses que no puedo hacerte feliz, mi amor —coge mis manos y las besa—. Te amo y lo sabes, solo no me gusta que estés lejos. ¿Que pasará si te sientes triste? No tendrás a papi.

Dulce EnigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora