Harry Potter y el genio de la lujuria

Capítulo 7 : Harry encuentra su cita para el baile y más

Genio 7

Desiree: Salma Hayek de 30 años

Fleur Delacour: Kathrine McNamara

Daphne: Sydney Sweeney

Comienzo

El lunes, los estudiantes comenzaron a formar parejas para el Baile de Navidad. Hubo una ráfaga de chismes sobre quién iba con quién. Los chicos estaban nerviosamente invitando a salir a las chicas y las chicas estaban tratando de actuar como si no estuvieran encantadas de no tener que ir solas. Hermione incluso se acercó a él y le preguntó si iba a ir con ella. Antes de que él pudiera responder y posiblemente romperle el corazón, ella dijo que Viktor Krum le había preguntado. Tropezó consigo mismo y la animó a decirle que sí a Krum. Lo que lo dejó abierto a encontrar su propia cita. Habían sido incómodos desde la primera tarea y desde que canceló su "las chicas lo aman", desearía que Hermione no hubiera hecho otro movimiento.

Durante el desayuno del miércoles vio a tres muchachos armarse de valor para ir y pedirle a la bella y angelical Fleur Delacour que fuera su cita. Un chico de Ravenclaw incluso recibió flores por correo para ella. Cada vez que ella rechazaba a alguien, él veía las mismas señales. Sus hombros se desplomarían después de ser sostenidos en alto e inclinarían sus cabezas como si fueran derrotados. Harry observó lo que hacía cada niño y tomó notas sobre lo que se necesitaría para obtener un sí.

Ya había invertido su deseo con Desiree, por lo que ahora ninguna mujer se sentía atraída por él. Al menos más de lo normal y no demasiado. Para él, el deseo era ruedas de entrenamiento como la bicicleta que solía montar Dudley. Ya no había necesidad de eso con él. Había aprendido tanto de las chicas con las que ya se había acostado que sabía lo que hacía falta para llevarlas a la cama con él.

Desiree le había dado un gran consejo un día después de su polvo matutino. "Con cada mujer hay una serie de cosas que puedes decir que las harán saltar a la cama contigo". Ella bromeó: "Las mías resultan ser las palabras 'Deseo'".

Además del sexo que tenían constantemente, Desiree estaba enseñando a escondidas lecciones sobre cómo cortejar a una chica. Ella le enseñaría cumplidos especiales que no eran genéricos ya los que las mujeres responderían. También le enseñó todos los puntos sensibles del cuerpo que volverían loca a cualquier mujer. Desde un simple toque en el brazo hasta un ligero toque en la espalda y las costillas. O cómo manosear una teta o un culo que no te hizo parecer como si fuera la primera vez que lo hacías. Lo absorbió todo como una esponja queriendo ser el mejor amante que pudiera ser y poder sellar el trato con cualquier chica que le gustara. Fleur Delacour estaba en la parte superior de su lista en este momento y no solo por su belleza.

De vuelta en el Gran Comedor, Harry se dio cuenta de que no podía preguntarle a Fleur frente a toda la escuela, así que sería mejor hablar con ella uno a uno. Desiree también había metido en su cabeza la idea de que debería comprarle un regalo. A las mujeres les encantaban los regalos y sería un gesto más grandioso que las flores o los chocolates, preferiblemente algo brillante y caro.

Dar tan pocos regalos en su vida que no tenía ni idea de lo que sería un buen regalo. Además, nunca tener novia hizo de esta una prueba angustiosa. El único regalo que le había dado a una chica eran libros para Hermione. Si bien a Fleur le podría gustar un libro, él quería algo más personal y especial. Una vez que Desiree sugirió joyas, supo que tenía un ganador, pero luego lo redujo. Había anillos, aretes, collares y pulseras.

Harry estaba tan despistado que finalmente se dio por vencido y fue a la biblioteca durante su hora libre para investigar un poco. Pidiéndole a Madame Pince algún libro sobre magos franceses, Francia y joyería. Como su mente estaba en su tarea, no se dio cuenta de la mirada de desdén que estaba recibiendo. Lo habían atrapado en esta biblioteca haciendo el tonto demasiadas veces. A la señora Pince no le gustaban los estudiantes que no trataban a la biblioteca con la reverencia que merecía.