Harry Potter y el genio de la lujuria

Capítulo 8 : El soborno de Rita Skeeter

genio 8

Desiree: 30 años Salma Hayek

Fleur Delacour: Katherine McNamara

Rita Skeeter: Rachael Harris {Linda de Lucifer}

Comienzo

Con el Baile de Navidad acercándose rápidamente, Harry había perdido el enfoque en el torneo y en la escuela en general. Ahora pasaba cada momento de su vigilia repasando escenarios y planes para el baile. Fleur iba a ser su cita, pero eso no era seguro para meterse en la cama con ella. Si quería sellar el trato, tenía que estar en su mejor momento. Así que había reducido la cantidad de sexo que tenía con Desiree y lo había cambiado por práctica de baile. Después de su primera lección, era obvio que era un tipo de baile en el que ninguno de los dos tenía experiencia, por lo que deseaba que ambos fueran expertos en bailes de salón.

El inconveniente era que, siendo incluso un experto en bailes de salón, tuvo que acostumbrarse a sujetar y bailar con una mujer. Lo último que quería era montar accidentalmente una tienda de campaña para que todo el salón la viera y con su enorme tamaño no había forma de ocultarlo.

A Desiree le gustaba más el sexo, pero bailar en los brazos de su amo estaba muy cerca. Sus movimientos fueron perfectos mientras sus pies se deslizaban sin esfuerzo por el suelo de madera conjurado en la Sala de los Menesteres. Mientras bailaban, su mente volvió a su primera práctica y al polvo que tuvieron después. Estaban tan nerviosos a la mitad de la segunda canción que tuvieron que arrancarse la ropa y molestarse mutuamente en la pista de baile. Eventualmente construyeron una resistencia y dejaron de acortar sus lecciones de baile para tener sexo salvaje y apasionado.

Después, Desiree se burló de él diciéndole que no podía hacer eso durante el baile sin importar cuánto quisiera. Deliberadamente omitió la parte sobre congelar el tiempo y dejarlo follar con su cita sin que ella lo supiera. Ese fue un deseo cortesía de un maestro del siglo XVII. Ese era un tipo raro que era tan tímido que no podía tener sexo a menos que la mujer estuviera congelada en el tiempo o no respondiera.

Cuando terminó la última canción en el fonógrafo, Harry hizo girar su genio exótico antes de tirar de ella hacia atrás y sumergirla. Cuando terminó la canción, ambos volvieron a ponerse de pie sin aliento. "Entonces, ¿estoy lista para mi cita?" preguntó Harry.

Desiree asintió y le sonrió a su amo, "Sí. Solo trátala como una reina y no podrá resistirte. Tal vez incluso baile con algunos de sus amigos si quieres quedar bien con ella". Desiree había estado en muchas fiestas en su vida y si aprendió algo fue que la gente se ponía juguetona después de unas copas y un poco de baile.

Harry le sonrió a su genio y antes de que pudiera detenerse, sus ojos se arrastraron hacia abajo y se fijaron en su vestido plateado brillante que levantaba tanto su trasero como sus hermosas tetas. El plateado contrastaba con su piel morena y solo lo empeoró cuando no pudo encontrar la cremallera con las manos recorriendo su espalda.

Desiree se rió de su amo por no ser sutil al desear su cuerpo. "No hay cremallera, tonto. Formé el vestido para mí y puedo usar mi poder para quitármelo cuando quiera. ¿Por qué necesitaría una cremallera?" Sus manos se quedaron quietas ante sus palabras mientras la mano de ella iba a su mandíbula y llevó su boca a la de él. Después de un beso largo y apasionado, Desiree dijo: "Vas a pensar que soy cruel, pero tengo que recordarte que la cena comienza en unos minutos y ya te saltaste el almuerzo".

Harry gimió sabiendo que no podía perderse eso. Desde su desaparición de la Torre de Gryffindor, le preocupaba que llamaran a un grupo de búsqueda si se perdía demasiado. Aunque había ido unas cuantas veces sin que lo atraparan, la profesora McGonagall lo había estado mirando de cerca después de su jugueteo con Amelia en su oficina. Amelia había limpiado su desorden, pero McGonagall aún debía sospechar algo. "Tienes razón, pero creo que eres cruel".