la musa

10

—Todos hablan de tu vestido—  mi musa estaba alegando mi creación, era tan satisfactorio escuchar como la ponía feliz todo lo que le sucedía en ese momento.
Había Sido la portada de Trenddy la revista más famosa de la moda, también había echo comerciales con Calvin Klein, todas las chicas aspiraban a ser tan hermosas como Jennie Ruby, mi musa era feliz.
—Todo es por ti— dejé de peinar su cabello poniendo el cepillo aún lado, mis sentimientos por Jennie se habían vuelto más fuertes, tanto que su alegría era la mía.
—También por ti y ése hermoso vestido que hiciste para mí— no sé cuándo le empecé a gustar a Jennie, está no es su perspectiva pero sospeché ese día.
Cuando dijo que el vestido que hice era hermoso, agarró mi mano que estaba sobre su escritorio mientras reía, juro que estaba nerviosa tanto que mis piernas olvidaron cuál era su función, mi boca se abrió y mis mejillas se sonrojaron cuando la miré.
—Solo es un vestido— quité mi mano por qué estaba nerviosa, sentía que el poco aire que tenía se iba.
—Sabes si tú fueras diseñadora compraría todos tus vestidos— estaba prediciendo mi futuro, creo que Jennie sabía que ese era mi destino
—Jajaja— pero yo solo reí porque aún no entendía las pistas de mi futuro.
—¡Jennie!— su madre entró a la habitación sosteniendo una caja llena de cartas de sus fans, Jennie siempre se caracterizó por ese amor y cariño hacía sus fans, ninguno la merecía.
—¡Ohh! — saltó de su silla para leerlas, era como una niña abriendo una caja de regalos.
—Mira esto, “Jennie te admiro mucho no puedo creer que seas tan bonita” —.
Entonces me arrodillé con ella también, para así leerlas juntas
—“Que tal esta, Jennie eres asombrosa. Estoy esperando ver tú próxima película” — leí yo, Jennie puso sus manos en su corazón y dijo.
—Me aman mamá, todos me aman— esa satisfacción de Jennie, saber que existía personas que darían todo por escucharla hablar durante horas, que morirían por un beso un abrazo o caricias, yo era de esas personas, pero de todos ellos sólo yo cumplí ése sueño.
—Está de aquí,” Jennie eres encantadora amó tu nombre, Ruby como un diamante” — el que yo descubrí primero. Todo era hermoso hasta que ...
—“Jennie Ruby, tú película fue una de mis favoritas me excitaste tanto que me masturbe por dos horas pensando en ti, quiero violarte” —.
Por desgracia Jennie leyó eso, si hubiera sido yo o su madre, lo hubiéramos podido evitar que ella supiera que habían personas que la verían como un objeto, la mamá Jennie se rascó la cabeza le arrebató la carta.
—¿Quién la envío? — buscaba en el sobre el nombre del responsable de la carta.
—Me encargaré de esto— salido de la habitación, dejando a una Jennie asustada.
—No pasará— dije eso porque era lo que necesitaba escuchar, me acerque a ella arrastrándome con mis piernas dobladas y dije.
—Nadie podrá tocarte, no dejaré que lo hagan— mi instinto protector se salió de pronto y me hizo olvidar que era su amiga aún, agradezco que eso allá pasado eso ayudó a Jennie.
—Gracias, por hacerme
sentir segura— volvió a acariciar mi mano, mientras me miraba.
—Oye si hombre te toca en la pierna un poco más arriba de la rodilla cerca de tu vagina es... algo…—.
—¿Acosó? — la carta le recordó aquella asquerosa experiencia a Jennie, fue hay cuando lo supe.
—Te pasó a ti— se quedó en silencio, fue hacía el escritorio otra vez para mirarse al espejo.
—Me gustó ser parte de esta película por su mensaje, pero... no todos parecen verla de la misma forma— por desgracia tenía razón, aún que eso no era lo que le había preguntado, Jennie no quería que supiera eso.
Pues actuar le gustaba, no quería torcer sus expectativas de la actuación.
—¿Jennie te pasó a ti? — creo que mi error fue ese no entender sus sueños.
—Esto también pasa en el mundo real, todos los actores hacen sacrificios— hay empecé a odiar esa frase.
—Jennie— caminé hasta ella y la giré de los hombros.
—Hacer desnudos o cosas como ésas es parte de actuar—.
—¡Jennie! ¿De que hablas? —.
—De los sacrificios de un actor—.
—¿Porque tú harías un desnudo tienes quince años? — mi grito fue tan fuerte que Jennie dejó de reír.
—Eso que tiene que ver— Jennie camino a otro lado, sin darme la cara.
—Por que eres menor de edad aún no puedes decidir, tu madre, ¿Tu madre no aprobaría eso? —.
—No has visto la película— por eso odie a su madre con todas mis fuerzas.