la musa

cap 50

— que pasó ayer?— ese día desperté con una gran resaca en la cabeza, aún tenía sueño y ganas de vomitar.
Me senté en ese sofá con una sonrisa, levanté mi rostro y miré al espejo, recordé la noche de ayer y también a jennie, la mirada que puso cuando solté Todas ésas palabras aunque ahí no no me lamenté.

solo me quedé en silencio, pensando caminé por el lugar, pensé era demasiado baja no había crecido mucho desde la última vez,  su cuerpo era más desarrollado ya tenía los senos tan pequeños como yo los recordaba, dejó de usar mpños y vestidos adorables, su voz no era tan delicada como antes.

Me había perdido mucho desde que nos separamos, aún parecía tener su esencia juvenil y coqueta, pero en una versión más avanzada.

Toque mi cabeza y apreté mís labios porque volví a pensar en esos ojos marrones,  ese cabello oscuro como la noche en su labios brillantes,  tenía ganas besarla otra vez.
—  Mi Musa también te extrañé — suspiré mirando  al techo.
Ahora preocupada por saber si la volveré pero no basto mucho

El teléfono sonó
— Jisoo, están llamando - grité, con mi voz algo adormecida

— jisoo...—

— Jisoo...—

No quería atender a ésa llamada tenía una resaca y el teléfono sonaba y sonaba

— mierda —

Me levanté a atender él teléfono y lo que escucho a la voz de jisoo

— Querida, respira...—

— que sucede -

— tú hermano -  es una parte de mi vida que no habla dé ella pero si de mi ,

— hermano yo no tengo hermanos -  extraño no , después de casi veinticinco años descubro a alguien de mi familia, que dice llamarse mi hermano

— hay un hombre que dice que es tú hermano-

— que mierda —

,— su nombre es Kunpimook .....—

— espera, ... sabés que yo no tengo una familia -
— lose se lo dije, ...—
— niciquiera ....—
— Lisa, no sé que ocurre pero se que hay un hombre en la puerta de mi editorial, pidiéndome hacerle una entrevista porque dice que es tu hermano —
— tu públicas moda chismes —
— ya lo dije —
— llévalo a nuestro restaurante la, que no té vea nadie...—

Una parte de mi se sentía contenta, pero el reencor no me dejaba ver éso, así que cuando llegue a ése restaurante agaché mi rostro, aunque no era yo la que debía tener la mirada al suelo y me senté en la mesa con jisoo el tipo y yo nos miramos fijamente en un pesado silencio, no dejaba de jugar con La servilleta ni mirarlo con el seño fruncido.

— así que dices que eres mi hermano —

— sí —

— porque vienes a mi después de veinticinco años -

— peque yo...te estaba buscando —

— porque? Supiste que era rica y creiste que debía darte una parte por qué compartimos sangre - me cruce de brazos,  mientras le restregaba las cosas en la cara.
— viniste por qué mamá te envío...—.
— Gracias -  soltó de la nada

— por cuidarme..., después de que te fuiste hubo un gran incendio en casa y toda nuestra familia murió, ahora solo estamos tu y yo... Solo quería decirte que...si algún momento te sientes mal o algo, puedes venir a mí —  la respuesta me resultó tentadora, pues si anhelaba éso tener una familia como la jisoo y tener con quien compartir la navidad,  tenér una tradición... por eso esas pequeñas palabras me eran tentadoras

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