Una estrella perdida en la oscuridad

Capítulo 9 - Corsé y botas agregar

Habían pasado cinco días desde la crisis de Bellatrix y todos los estudiantes ya se habían ido. Solo Hermione, que había visto la crisis de principio a fin, aún pensaba en ello. Estaba preocupada por la bruja. Había oído que la mujer había salido rápidamente de la enfermería, pero no la había vuelto a ver desde entonces. Bellatrix no había asistido a ninguna comida y todas las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras se habían trasladado a la próxima semana. Hermione incluso se preguntó si la bruja se había ido de Hogwarts. Se tranquilizó diciéndose a sí misma que rápidamente tendría respuestas a estas preguntas cuando Dumbledore los invitara a ir a su oficina después de la cena.

-“¡El multijugos está listo, te vas mañana a Gringotts!

-Qué ? ¡Pero señor, no estamos listos!, exclamó Harry.

-"¡Ha pasado casi una semana desde la última vez que practicamos el lanzamiento del Feudeymon!", dijo Hermione indignada.

- Bellatrix me dijo que estabas listo. Ella no ocultó que más entrenamientos no habrían sido un lujo, pero cree que puedes hacerlo.

- ¿Se encuentra ella bien?

-Sí, señorita Granger, la profesora Black se recuperó, comenzará a enseñar nuevamente el lunes.

· ¿Y sabes lo que consiguió?

- Una especie de crisis nerviosa aparentemente, pero todo está arreglado, Madame Pomfrey se encargó de eso, le hace tomar una poción para prevenir una nueva crisis potencial.

- Me sorprendería que una simple poción pudiera calmar a esta loca, inquirió Ron.

- Madame Black no está loca, después de tanto tiempo en Azkaban, es normal salir con algunas secuelas psicológicas.

"A su nivel, son más que solo cicatrices psicológicas..." murmuró Harry.

Dumbledore no se dio cuenta.

Así que saldrás mañana al mediodía para Gringotts. Ahora los chicos se van a la cama y usted señorita Granger, Bellatrix la está esperando en sus aposentos para darle el polígono y algo de ropa. No te demores demasiado, mañana te espera un gran día.

Qué ? Yo... ¿yo solo en sus apartamentos?

- Sí, eso es lo que me preguntó. »

Hermione tragó saliva y Harry y Ron la miraron con miradas asustadas y compasivas.

Cuanto más avanzaba en los pasillos de las mazmorras, más oscuro se volvía. No sabía exactamente dónde estaban los aposentos de Bellatrix, así que buscó a tientas con la esperanza de encontrar dicha puerta.

De repente escuchó una puerta abrirse, la luz de esta iluminaba tenuemente el pasillo y Hermione pudo ver a Snape saliendo de la habitación, estaba sonriendo. Nunca lo había visto sonreír. Su cara normalmente cerrada era irreconocible, el profesor inmediatamente parecía menos impresionante. Escuchó una fuerte risa proveniente de la habitación, la reconoció, era la risa de Bellatrix.

Cuando Snape volteó y vio a Hermione, su rostro se cerró instantáneamente, volviendo a su habitual frialdad.

“Granger, estás de suerte, Bellatrix te está esperando. »

Se fue, dejando la puerta abierta. Hermione hizo una pausa por unos segundos, estaba ansiosa. La última vez que vio a la bruja fue en su forma más vulnerable y temía que Bellatrix se enfadara con ella por verlo así.

Hermione reunió su coraje y se deslizó frente al marco de la puerta. Bellatrix se sentó en un gran sillón de terciopelo negro, tenía un vaso de alcohol en la mano, a juzgar por la botella colocada a su lado, el alcohol en cuestión era whisky y no era el primer trago de la bruja.