Una estrella perdida en la oscuridad

Capítulo 30 - La calma antes de la tormenta

"¿Y de verdad crees que no hay nada más que sexo entre nosotros? »

Bellatrix permaneció en silencio, mirando fijamente la mirada marrón, estaba perdida, completamente perdida, como si no supiera qué decir cuando sabía muy bien la respuesta a la pregunta de Hermione. Solo dicha respuesta no parecía decidida a salir.

El Gryffindor esperó que alguna palabra saliera de la boca de la mujer, pero después de un largo minuto, la chica perdió la paciencia.

"No vas a contestar, ¿es eso?", preguntó, tratando de ocultar su decepción.

De repente, Bellatrix salió de sus pensamientos y tuvo que parpadear varias veces para volver a la realidad.

-No es que no quiera contestar pero…, giró la cabeza para poner los ojos en el techo, pero es complicado…

Hermione resopló con fuerza, ahora estaba molesta y no hizo nada para ocultarlo.

- No, no es cierto, no es complicado, en realidad es muy simple. Te estoy haciendo una pregunta y solo tienes que responder sí o no, dijo secamente, levantándose de la mesa.

“¿Qué estás haciendo?” se apresuró a preguntar a la bruja, enderezándose.

La chica se ocupó en recuperar su ropa que estaba tirada por el suelo aquí y allá para vestirse en cuarta.

-Lo que hago ? Me voy. ¡¿Te niegas a hablar conmigo?! Muy bien. Entonces no tengo absolutamente nada más que hacer aquí contigo. ella ladró.

Bellatrix no respondió, solo se quedó allí, sentada desnuda en la mesa, mirando fijamente a la chica que se vestía. No sabía qué hacer, qué decir, si finalmente sería honesta con Hermione, o si una vez más debería mentir, callarse y dejarla ir. Ella no sabía, dudó, pero estaba segura de una cosa, si no decía nada, la chica estaba saliendo de su habitación, y si se iba, sería por largos días lejos de ella, y eso Bellatrix no podría soportarlo.

Una vez que se hubo puesto toda su ropa, Hermione lanzó una última mirada asesina a la mujer que seguía sentada inmóvil en la mesa sin expresión. Rodó los ojos y se giró hacia la puerta, metió la mano para apretar el picaporte pero no se abrió. Ella suspiró ruidosamente, aún más molesta por la situación.

<<< Abre esta puerta ahora. ordenó sin mirar atrás.

No se escuchó respuesta, por lo que la joven se volvió hacia la bruja negra cuyo aire seguía tan ausente.

"¡¿Me escuchas?! Abre la puerta de Bellatrix ahora, dijo, levantando la voz.

Los dos ojos negros finalmente cobraron vida para atrapar la enojada mirada marrón.

No, respondió ella simplemente.

-¡¿Cómo es eso?!- preguntó Hermione, frunciendo el ceño.

La bruja negra respiró hondo antes de continuar sin quitarle los ojos de encima a la joven.

- No, realmente no creo que solo haya sexo entre nosotros. admitió finalmente.

La boca de Hermione se abrió y una de sus cejas se elevó por la sorpresa. No esperaba esto, no creía poder obtener ninguna respuesta de Bellatrix esta noche y menos la respuesta que esperaba. Aunque no era mucho, y casi nada comparado con la declaración de amor que le había hecho dos semanas antes, fue suficiente para darle a Hermione una deliciosa sensación de alivio.

Efectivamente, la niña no esperaba más de la bruja negra, había identificado bien al personaje y por lo tanto era muy consciente de que sin importar lo que pudiera sentir, no es mañana anteayer que Bellatrix se lo dirá. le ofrecería las tres dulces palabras que soñaba con oír salir de su boca.