Ámbar [Minsung] 🎨

Su autor favorito

— ¿Esta basura te gusta leer? —Minho sacudió el libro que había encontrado sobre la mesita de luz.

— ¿Eh? —Jisung todavía estaba recuperándose de lo que había decidido llamar "el mejor orgasmo de su vida".

— ¿Este porno pretencioso leés antes de dormir?

—Ojo con lo que decís de Lee Know. Es mi autor favorito.

Minho abrió el libro en la página que marcaba el señalador y leyó en voz alta:

De todas las personas a las que invité a mi cama, ninguna puede hacerme sentir que volví a casa después de pasar toda la vida perdido, solo él.

Sacudió la cabeza.

—Malísimo —opinó.

—Si tan malo te parece, ¿por qué no escribís un libro vos? A ver si te sale mejor.

Minho se quedó mirándolo.

—Esa es literalmente mi profesión —dijo.

—No sé. —Jisung se encogió de hombros—. Nunca leí un libro tuyo. Hasta donde yo sé, podría ser mentira. Tu casa gigante podría venir de negocios ilegales. "Leer para creer" y todo eso. —Continuó hablando mientras recuperaba su remera del living y volvía a la habitación.

Minho seguía mirándolo con una expresión de desconcierto. Se rió y dejó el libro de vuelta sobre la mesita. Se sacó el pantalón.

— ¿Qué hacés? —Jisung preguntó.

—Te devuelvo tu ropa. —Minho le ofreció el bóxer que acababa de quitarse—. Ni siquiera tuviste la delicadeza de sacarlo vos mismo. Encima que lo traje hasta acá, tengo que enseñarte modales.

Jisung arrebató la prenda de su mano y cruzó la habitación para tirarla dentro del canasto de la ropa sucia. Cuando se dio vuelta, Minho estaba esperando con los brazos cruzados.

— ¿No te vas a vestir? —dijo Jisung con una sonrisita.

— ¿No vas a ofrecerme ropa interior limpia?

Minho sonaba indignado. Jisung se rió. Juntó la ropa de Minho del piso y la arrojó contra su pecho, obligándolo a atraparla.

—Si no trajiste tu propia ropa, no es mi culpa.

Jisung se sentó en la cama a mirar cómo Minho se vestía. Se puso el pantalón sin nada debajo, ajustó sus zapatos, pasó los brazos por las mangas de la camisa. Con cada botón que Minho abrochaba, la tristeza se instalaba más profundamente en él.

— ¿De verdad vas a irte?

Minho peinó su flequillo hacia atrás y el pelo volvió a caer sobre sus sienes, lacio y suave.

—Es viernes —dijo—. Deberías salir a divertirte, estar con tus amigos, no quedarte encerrado con un viejo como yo.

Minho podía ser muchas cosas, Jisung todavía no se había encontrado con la mayoría de ellas, pero no creía que "viejo" estuviera en la lista.

—Quiero que te quedes —Jisung susurró.

Minho acarició su mejilla.

—Buenas noches, Han —dijo, y se fue.