Jisung tiene una oficina

1.4K 208 6
                                    

Jisung no podía dejar de balancear los piecitos en el aire mientras desayunaban. Minho lo miraba entretenido.

— ¿Estás bien? —Minho preguntó, y Jisung notó que estaba reprimiendo una sonrisa.

— ¿Puedo ir a mi oficina?

Uh. Jisung no sabía si era su oficina. Seguía siendo de Minho, estaba en su casa, pero la había preparado para él y estaban todas sus cosas guardadas ahí, así que era un poco suya, ¿no?

Minho sonrió.

—Sí —dijo—. Enseguida voy también.

Jisung bajó de su silla con un saltito y corrió al otro lado de la casa, con el ruido de Minho lavando los platos de fondo.

Estaba leyendo su calendario para saber por dónde empezar cuando Minho golpeó la puerta que Jisung había dejado abierta y se recostó sobre el marco.

—Estoy trabajando en un libro nuevo —explicó—. Y pensaba... Ya que estás pintando acá, puedo aprovechar para escribir.

— ¿Voy a verte trabajar, al fin?

Minho entró a la oficina para revolverle el pelo y se apoyó sobre el escritorio. Jisung lo empujó del hombro, pero Minho no le prestó atención.

— ¿Todo esto tenés que hacer? —preguntó. Estaba mirando el calendario sobre la mesa, donde Jisung había ordenado todas las tareas pendientes y marcado las fechas de los próximos exámenes.

—Yo también soy organizado, ¿viste?

En realidad, lo había hecho la semana pasada, cuando Minho le propuso quedarse estudiando en su casa. Antes de eso, estaba acostumbrado a avanzar por la carrera un poco a ciegas, terminando todo a último momento.

—Me sorprendés —dijo Minho, y Jisung sintió que estaba aprobándolo. Quiso darse palmaditas en la cabeza como hacía Felix—. Tenés muchas cosas.

Casi todos los materiales que Jisung había sacado del bolso estaban desplegados sobre el escritorio.

—No tantas... —Jisung murmuró—. Son muy caras y como vivo de las becas de la universidad... Me dan poca plata para comprar materiales. Solo tengo lo necesario.

— ¿Qué más te gustaría tener?

—Pinceles de mejor calidad. Estos baratos se arruinan enseguida. Y más hojas de dibujo, supongo, porque gasto muchas.

Jisung decidió por qué tarea empezar y acomodó un bastidor sobre el atril. Tenía que pintar con acrílicos, incorporando texturas usando las espátulas. Iba a hacer algo relajado, sin tomarlo muy en serio, para terminarlo pronto y poder seguir por la tarea de dibujo. Necesitaba practicar perspectiva porque era una de sus debilidades.

Minho acarició su mejilla.

—Voy a estar acá enfrente —avisó, señalando una puerta cruzando el pasillo—. Normalmente escribo con la puerta cerrada, pero voy a dejarla abierta por si necesitás algo.

A Jisung le pareció un detalle súper dulce y quiso darle un beso. Se mordió el labio. Se limitó a asentir con la cabeza.

El resto del fin de semana, ambos se concentraron en su trabajo. Jisung podía escuchar la música relajante y los susurros de Minho hablando solo. Cada tanto, miraba a Minho estirándose en su silla o frunciendo el entrecejo frente a la pantalla. Minho se daba vuelta para mirarlo a él y sonreía.

Después de los descansos para comer o bañarse o dormir abrazados, volvían a trabajar, cada uno en lo suyo, pero sin sentirse solos.

Ámbar [Minsung] 🎨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora