Ámbar [Minsung] 🎨

La fiesta

Minho estaba disfrazado de Peter Pan. Pero estaba bien, porque Han estaba disfrazado de Campanita y Minho había aprendido, en los casi cuatro años que llevaban juntos, que si Han quería ser ridículo, nada lo hacía más feliz que saber que Minho estaba siendo ridículo con él.

En realidad, todos los invitados a la fiesta de Halloween de Felix y Hyunjin estaban en la misma situación. Minho reconocía a algunas personas de la empresa en la que Han y Felix habían entrado a trabajar juntos después de graduarse hacía algunos meses, y a otras que eran amigos que los tres habían mantenido de la universidad. Había demasiados vampiros genéricos, para el gusto de Minho, pero cada tanto veía pasar algunos disfraces un poco más creativos.

Rodeó la cintura de Han pasando el brazo justo debajo de las alas de hadita, para mantenerlo cerca.

Peter Pan y Campanita no habrían sido su primera opción, pero cuando Han lo propuso Minho se dio cuenta de que no podía dejar pasar la oportunidad de verlo usando un vestidito. Iba a decirle que se lo dejara puesto cuando llegaran a casa...

Minho se movió para pararse detrás de él.

— ¿Estás bien? —Han le preguntó por encima del hombro.

—Tengo un problema —contestó Minho, rotando la pelvis hacia adelante para frotar el bulto en su entrepierna sobre la faldita verde de Han.

—Uy... ¿Fue el Pikachu?

Minho miró a la pareja bailando cerca de ellos. El chico era Ash Ketchum y la chica llevaba unas orejitas amarillas y un short negro que dejaba al descubierto la mitad de sus nalgas.

—Imposible —Minho dijo—. Fue tu culpa.

— ¿Oh? ¿Qué hice ahora?

—Estaba pensando pedirte que no te saques el vestidito cuando lleguemos a casa. —Minho besó el cuello de Han; apretó los brazos alrededor de su cintura—. Quiero doblarte sobre el colchón y sostenerte de las alitas mientras te cojo desde atrás.

—Minho.

— ¿Te gustaría?

Han acarició los brazos de Minho y se estiró hacia atrás para mirarlo a la cara.

— ¿Vamos al baño? —susurró.

Minho no tuvo tiempo de decir que sí, porque la música cambió y las puertas del salón se abrieron para que Hyunjin y Felix pudieran entrar.

—Me estaba preguntando dónde estaban —dijo Han. Minho tenía la misma duda.

La gente abrió un espacio en el medio del salón para que la pareja pudiera caminar entre ellos. Hyunjin estaba vestido de príncipe. Tenía puesto un traje blanco con detalles dorados, una capa dorada y una coronita sobre su pelo largo, peinado hacia atrás. Y Felix... Minho supuso que estaba vestido de princesa, con un vestido blanco. La pollera era esponjosa y larga hasta el piso, cubierta de brillitos dorados, y se balanceaba con cada paso que Felix daba. Abrazaba su torso un corset dorado que combinaba con la capa de Hyunjin, y la misma coronita decoraba su pelo.

Cuando llegaron al otro extremo del salón, Felix habló por el micrófono y todo el mundo hizo silencio para poder escuchar.

—H-hola... Eh, gracias...

Felix estaba sonrojado. Le dijo algo a Hyunjin al oído y le pasó el micrófono para que hable él.

—Hola a todos. Gracias por venir. —Hyunjin se aclaró la garganta y respiró hondo—. Queríamos que fuera una sorpresa, así que lo mantuvimos en secreto hasta último momento, y... Esto no es una simple fiesta de Halloween.

Los murmullos llenaron el salón. Minho supuso que todos estaban tan perdidos como él. Miró a Han, preguntándole con la mirada si tenía idea de qué estaban hablando, pero Han se encogió de hombros. Felix ni siquiera le había confiado el secreto a él.

—Bienvenidos... —Hyunjin continuó, apretando la mano de Felix para calmar los nervios de ambos— a nuestra boda.