Ámbar [Minsung] 🎨

Corazoncitos

—Estos son todos los que tengo. —Felix dio vuelta un bolsito encima de la mesa para que cayeran los esmaltes de uñas. Jisung los revolvió buscando uno que le gustara—. Este es mi favorito. —Felix agarró uno de color turquesa y se lo mostró a Hyunjin, sentado en el piso a su lado.

— ¿Te puedo pintar? —Hyunjin le preguntó, sacudiendo el esmalte con una mano y sosteniendo los deditos de Felix con la otra.

—Sí.

—Voy a combinarlo con este.

—Meno.

Jisung eligió un esmalte azul marino y se pintó las uñas mientras miraba cómo Hyunjin pintaba las de Felix de celeste y rosa. Era delicado, y a Jisung le dió ternura que Hyunjin tratara a su mejor amigo con tanto cariño. Cada tanto, Felix decía algo y Hyunjin lo miraba como si fuera lo único que existía en el mundo, le contestaba como si no tuviera palabras para nadie más.

—Quiero corazoncitos en estas dos —dijo Felix.

Y Hyunjin los pintó como si decorar las uñas de Felix con corazoncitos fuera el único propósito de toda su existencia. Jisung se estaba convirtiendo en un poeta solo con mirarlos; Minho habría dicho algo sobre ser cursi y pretencioso.

— ¿Qué onda ustedes dos? —Jisung preguntó, buscando distraerse

Felix y Hyunjin se miraron a los ojos y rieron. Felix escondió la cara en el hombro de Hyunjin y Hyunjin le dió un besito en la mejilla. Jisung sabía que estaban en algo desde el primer día que se habían encontrado en la feria, pero les daba timidez admitirlo; tan bonitos.

Felix tomó un sorbo de su latita con los dedos exageradamente estirados para no arruinarse las uñas.

— ¿Querés un poco? —le ofreció.

Jisung sacudió la cabeza.

—No, ya no tomo alcohol —dijo—. Me hace tomar malas decisiones.

—Malas decisiones como... ¿ir a citas? —Felix se burló de él. Jisung arrugó la nariz.

—Sí, no me lo recuerdes.

— ¿Ir a citas? —preguntó Hyunjin.

—Hace un par de meses, Sungie fue a una fiesta —Felix explicó. Jisung lo escuchó mientras soplaba sus uñas para ayudar a secar el esmalte—. Se puso en pedo y aceptó ir a una cita a ciegas. Se enamoró y ahora está despechado.

—Despechado. No estoy despechado —Jisung murmuró y sopló sus uñas un poco más—. Nos estamos tomando un tiempo.

Felix sacudió la cabeza.

— ¿Necesitás que le escriba por vos? —amenazó.

—No, no quiero ser infantil. Estoy tratando de actuar responsablemente y darle espacio.

—Cita a ciegas... —dijo Hyunjin para sí mismo, como pensando en algo. Los otros dos lo ignoraron.

—Ya pasaron como diez días, Sungie. Mucho tiempo para estar triste por la misma persona.

—No sé, pero... Ya tuve suficiente de hablar las cosas a medias y seguir como si nada. No voy a volver con él a menos que podamos tomar la decisión de estar juntos sin dar vueltas.

Lo que Jisung no estaba diciendo es que no soportaba la idea de separarse de Minho definitivamente y que iba a darle todo el tiempo que necesitara. Aunque tuviera que esperar por años, no se creía capaz de rechazarlo si Minho algún día volvía a buscarlo.

— ¡Oh! ¡Sungie! —Hyunjin exclamó— Sungie, conozco a alguien perfecto para vos.

Jisung se dejó caer de espaldas al piso dando patadas en el aire. Se largó a llorar.