Ámbar [Minsung] 🎨

Flancito

Jisung pasó toda la tarde limpiando el departamento. Se dijo a sí mismo que estaba siendo un adulto responsable, pero lo que necesitaba era descargar energía. Aunque no había hecho un gran trabajo, el lugar estaba aceptable y olía rico.

Guardó en un bolso algunos materiales que tenía dando vueltas, todas las hojas, lápices, acrílicos y pinceles que le pareció que podía necesitar. Se dió una ducha, se cambió, dobló la ropa que Minho le había prestado la última vez que se vieron para devolverla, y agarró un flancito de la heladera antes de sentarse en el sillón a leer.

Siento sus dedos cerrándose alrededor de mi garganta, pero no puedo despegar mis ojos de los suyos. Me miran como si fuera la cosa más delicada que existe; no algo que debería ser protegido, sino algo por corromper.

— ¿Por qué volviste?

— ¡Porque t...

El celular sonó sobre la mesita. Jisung atendió.

—Siempre en la mejor parte —dijo.

—Estoy abajo.

— ¿Subís y me ayudás a bajar el bolso?

— ¿Estás necesitando mimos? —La sonrisita de Minho se escuchaba en su tono.

Jisung cortó. Llevó su flancito para comer en el camino hacia la planta baja. Estaba feliz de ver a Minho de nuevo, y se mordió el labio para no expresarlo mientras abría la puerta del edificio.

— ¿Qué estás comiendo? —Minho preguntó, entrando al ascensor detrás suyo.

—Flan.

— ¿Puedo probar un poco?

—Es un postrecito dulce —Jisung explicó, apretando el botón de su piso—. Creí que no comías nada dulce.

— ¿Puedo probar un poco?

Jisung hizo un esfuerzo por no sonreír y juntó en la cuchara lo último que quedaba de flan en el envase de plástico. Minho abrió la boca y dejó que Jisung lo alimentara. Su expresión no cambió, por lo que era imposible saber si le había gustado o no.

Jisung pasó por la cocina para tirar el envase a la basura y encontró a Minho acostado en el sillón, con la espalda sobre el apoyabrazos y el libro en una mano.