En la carpa

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Besó el cuello de Han hasta que lo sintió ponerse inquieto, inclinarse hacia atrás buscando el cuerpo de Minho. Minho le dio el gusto, apretándolo un poco más cerca, rotando la cadera hacia adelante. Lo escuchó tomar aire bruscamente cuando pasó la mano por debajo de su remera para acariciar su abdomen.

—Tenés las manos frías —dijo Han. Minho se disculpó con un beso en su hombro—. Me gusta —Han susurró, levantando una mano hacia atrás para acariciar el pelo de Minho.

A Minho le encantaba que Han acariciara su pelo o tirara de él, enredando los mechones entre los dedos, pero le daba vergüenza admitirlo. Acarició el pecho de Han, sintiendo los pezones ponerse firmes bajo sus dedos fríos. Han era sensible y caricias como esas le erizaban la piel, aceleraban su respiración.

Minho le sacó la remera, deslizó su mano por el torso de Han hasta el elástico de su ropa interior, y lo masajeó a través de la tela hasta que su erección empezó a latir. Bajó su ropa y cerró la mano alrededor suyo, deslizando el pulgar por el orificio en la punta y desparramando la humedad por toda su longitud, sacándole un gemido que Minho sintió vibrar contra su pecho.

— ¿No te da vergüenza? —Minho le preguntó. Han se llevó una mano a la boca y gimió alrededor de sus propios dedos, lamiéndolos hasta cubrirlos de saliva—. Pensar que cualquier persona podría acercarse al lago y escuchar los ruidos que estás haciendo.

Han pasó la mano hacia atrás entre ambos, buscando su entrada, y Minho lo miró meterse los dedos mientras seguía tocándolo.

— ¿Te gustaría eso? —Minho lo provocó— Que escuchen cómo te hago gritar.

Mordió el cuello de Han hasta marcar la piel, mientras Han jadeaba en sus brazos, empujando dentro de la mano de Minho para aumentar la fricción.

—Minho...

— ¿Qué querés, bebé? —preguntó Minho, mientras bajaba su propia ropa interior y Han retiraba los dedos.

—Te quiero —dijo Han, sosteniendo el miembro de Minho y guiándolo dentro suyo.

Minho lo apretó más fuerte contra su cuerpo. Se movió lento, siguiendo el ritmo de sus manos acariciando su pecho, penetrándolo tan profundamente como la posición se lo permitía. Le encantaba lo expresivo que era Han, la manera en la que gemía su nombre y se retorcía en sus brazos. Le encantaba saber que Han era completamente suyo en momentos como este.

Mordió el hombro de Han y empezó a moverse más rápido, pero Han se alejó, levantándose para terminar de sacar su ropa interior. Subió sobre Minho, encerrándolo entre sus piernas, y alineó su entrada con el miembro de Minho para volver a meterlo.

Se movió balanceando la cadera como si estuviera usando a Minho para su propio placer. Cerró una mano alrededor de su erección, penetrando su propio puño con cada movimiento de su pelvis.

Miró a Minho a los ojos. Le tapó la boca con la mano libre. Se inclinó hacia adelante hasta apoyar su frente sobre la de Minho, que tuvo que respirar por la nariz. Minho podría haberlo apartado, podría haberlo mordido y Han sacaría la mano para dejarlo tomar aire, pero sabía por qué lo estaba haciendo.

Han siguió moviéndose, con los labios apoyados sobre el dorso de su propia mano y los ojos cerrados, y Minho cerró los suyos y apretó sus labios contra la palma de Han.

Acarició sus piernas, subiendo las manos por su espalda y volviendo a bajar, y dejó que Han perdiera el control arriba de él.

Ámbar [Minsung] 🎨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora