De rodillas

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Jisung no se imaginó teniendo sexo con Minho en el patio delantero cuando llegaron a casa, de ninguna manera. Lo siguió a un sector de la casa en el que todavía no había estado. Minho abrió una puerta al final del pasillo y prendió las luces.

—Tenía esta oficina libre y la preparé para que pintes acá —dijo—. Supuse que eso te iba a servir. —Señaló un atril de madera al lado de la ventana.

—Me sirve, gracias. —Jisung dejó su mochila sobre el escritorio—. Pero no hacía falta que prepares una oficina entera, puedo instalarme en el living.

Minho se acercó a él y lo encerró contra el escritorio, apoyando una mano a cada lado de su cuerpo sobre la mesa.

—Quería que estuvieras cómodo —dijo. Recorrió a Jisung con la mirada y sonrió de lado—. ¿Querés estrenarla?

No esperó una respuesta. Besó su cuello dejando un rastro de calor que se expandía por el cuerpo de Jisung y seguía el recorrido de sus manos, sus dedos deslizándose sobre su piel bajo su remera. Jisung quiso hacer lo mismo, así que tiró de la camisa de Minho para sacarla de adentro de su pantalón y acarició las costillas de Minho con las manos abiertas.

Se preguntó si Minho podía sentir lo mismo que él, las chispas que erizaban su piel cada vez que estaban en contacto.

Tiró del pelo de Minho para despegarlo de donde estaba lamiendo su clavícula y mirarlo a los ojos. Sus pupilas se habían dilatado y había una arruguita entre sus cejas y sus labios entreabiertos estaban húmedos y colorados, pero Jisung no podía saber qué estaba sintiendo.

No podía besarlo.

Empujó a Minho de los hombros y lo obligó a ponerse de rodillas. Desabrochó su pantalón y metió la mano dentro de su propia ropa interior.

Minho ya no parecía tan inalcanzable en el piso, apretando su propia entrepierna con una mano, esperando mientras Jisung se tocaba frente a él. Jisung lo agarró del pelo para mantenerlo en su lugar.

—Abrí la boca —ordenó, liberando su miembro y acariciando los labios de Minho con la punta.

Minho obedeció mirándolo a los ojos. Relajó la mandíbula y lo recibió entero. Lo dejó penetrar su boca como Jisung quería.

Se sentía con poder así, tirando del pelo de Minho, golpeando el fondo de su garganta cada vez que empujaba con su cadera hacia adelante, sintiendo la vibración de los gemidos de Minho expandirse por todo su cuerpo.

Ámbar [Minsung] 🎨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora