CAPÍTULO 27: Recuerdos

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Cuatro días habían pasado desde que dejaron aquella aldea.
Los riscos y derrumbes habían quedado atrás junto con los pueblos por lo que después de aquella parada técnica habían logrado recuperar camino siguiendo los consejos que los locales les habían dado (tal y como Po lo había sugerido) y aunque aun faltaban un par de kilómetros para entrar en el Cañón del Eterno Pensamiento, ya podían comprobar que su nombre no era lo único que tenia de sobrecogedor: la vista desde la lejanía era en verdad impresionante, tanto como su nombre.

- Mantengan los ojos abiertos - indicó Tigresa al grupo.
Sabían que estaban a punto de entrar en territorio de ladrones qué eran famosos por crear emboscadas bien orquestadas - Vigilen los riscos y las grietas

Así lo hicieron todos y se adentraron en silencio para evitar llamar la atención. Se comunicaban usando gestos simples con las manos cuando requerían apresurar el paso o detenerse brevemente.

El nombre del cañón no solo se debía a su imponente vista; el silencio qué debían mantener para cruzar daba paso a la convivencia con sus más profundos, olvidados o entrañables pensamientos y recuerdos. Era fácil entender porque los bandidos habían elegido dicho lugar como punto de ataque: una vez que los viajeros bajaban la guardia, podían emboscarlos con facilidad y arrebatarles lo poco o mucho que llevasen consigo.

Las horas pasaban y el camino parecía estar muy relajado, por lo que algunos de los miembros de nuestro octeto empezaron a ser víctimas del cañón del Eterno Pensamiento. El primero en ceder fue Finley, quien aún no había logrado sacar de su mente el recuerdo de lo que había pasado en las afueras de aquel orfanato:

-¡La maestra Tigresa- la imagen de los niños separándolo de la felina lo acechaban constantemente. Cuando se dio cuenta de que el recorrido no parecía tener mucho peligro, decidió dejar las imágenes del recuerdo fluir:

Después de que los niños se habían llevado su figura, Finley había tratado de recuperarla dándose por vencido ante la agilidad de aquellos sorprendentemente rápidos niños.

-Bien pueden quedársela - exclamó casi sin aliento a los niños. Luego, Finley se recargo en uno de los muros del orfanato para volver a tomar un respiro.

-Ahí estas - Cuchilla había aparecido después de reunir a los niños del pueblo - ¿Qué estás haciendo ahí sentado? Pareces un perdedor - añadió con tono duro y sarcástico la caballero

- Hmm- fue lo único que se escuchó pronunciar al decepcionado y decaído león. Definitivamente su humor no se encontraba para bromas

-De acuerdo señor malhumorado, no más sarcasmo por hoy. ¿Que fue lo que sucedió? -

La mirada fija del león en los niños jugando con su pieza tallada fue suficiente para que Cuchilla notase el origen del decaimiento de su amigo. Decidió no seguir preguntando más al respecto y en su lugar busco entre el paisaje al resto del equipo: Mantis, Víbora y Mono parecían bastante ocupados jugando con varios de los huérfanos a quienes organizaban en pequeñas carreras. Con Po la situación no era distinta.

- ¿A caso extrañas ser el centro de atención? -

-Respóndeme algo Luth, ¿Por que pareciera ser que el destino esta en contra mía? -

- ¿Destino? ¿De que estas hablando Fin?

- Casi logre un acercamiento muy bueno con ella. Estaba muy seguro de que era mi oportunidad perfecta .... y - y de repente: unos niños se la llevan.

Sorpresas entre guerrerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora